Los comerciantes dispusieron convocar a todas las entidades intermedias de la ciudad para conformar el Comité de Crisis y elaborar un petitorio que resuma las medidas que urge instrumentar en la ciudad y en la provincia para evitar que la caída de los mercados internacionales acarree el quiebre de empresas locales y la pérdida de puestos de trabajo.
Preocupados por la merma en las ventas, los socios reclamaron “decisión y voluntad política para defender al comercio local, jaqueado por el avance concentrador del grupo Carrefour, hasta hoy tolerado por el municipio”.
Además, explicaron que la proliferación de la venta ilegal en pleno centro de la ciudad “burla las normas de la comuna y pone en ridículo al comerciante debidamente instalado y una desmedida presión impositiva y tributaria que siempre recae sobre unos pocos que están en blanco”.
Entre los concurrentes hubo reiterados pedidos de unidad. “Juntos, somos más en metros cuadrados, somos más en personal ocupado, somos más en facturación, y somos los que más aportamos fondos al estado, por lo que el poder político no puede desentenderse de lo que nos pasa, mientras tolera que el grupo Carrefour abra su quinto local”, expresó uno de los empresarios presentes.
“¡¿Qué quieren que hagamos, que tengamos que sacar también nosotros mesas a la calle igual que los ilegales?! ¡¿Hasta cuándo vamos a seguir tolerando estas cosas?!”, se quejó otro comerciante del centro, cuyo local está sitiado por puestos instalados en la vereda, a la vista de las autoridades. “Las normas están pero nadie las hace cumplir”, concluyó.
Otro socio dijo sentirse perjudicado por lo que no dudó en calificar como una “injusta” tasa de alumbrado público, que en vez de calcularse proporcional a los metros de frente, se cobra como un porcentaje sobre el consumo de electricidad. “Un comercio paga una enormidad por alumbrado público aunque su frente sea de cuatro o cinco metros, mientras el dueño de un terreno baldío de cien metros, como no consume nada no paga ni un centavo por la luz de la calle”, explicó.
También cuestionó a la comuna el no haber actualizado los montos mínimos imponibles en función de la pérdida del poder adquisitivo del dinero. Varios comerciantes dijeron sentirse discriminados porque los hipermercados “pagan la mitad de los impuestos y tasas que nosotros, ni siquiera la luz la compran en Concordia y no reinvierten sus ganancias en la ciudad”.
Otro reclamo de los socios pasó por el logro de una mayor seguridad. Se insistió en la necesidad de denunciar los robos para que la policía pueda actuar y que se informe a la fuerza de seguridad sobre los recorridos de los repartidores.