El pequeño comerciante es el que “menos espaldas económicas tiene; el que menos acceso al crédito posee”. Por lo tanto, cuando disminuye la venta no puede sostener la actividad. “Lamentablemente están destinados a tener que cerrar”, sostuvo.
Lago explicó que un comercio pequeño puede ser atendido por una sola persona o por tres o cuatro. “Es el que hace la diferencia a que en Concordia haya actividad laboral. Si sumás la gran cantidad de comercios de a dos o tres empleados, estamos hablando de muchísima gente que se queda sin trabajo”, recalcó.
Además, la entidad que se deje sin efecto la restricción denominada “Cero Kilo”, una medida adoptada por el gobierno uruguayo en 2013. “Los cambios que ha experimentado la realidad económica en nuestra frontera tornan a dicha medida inconveniente y contraproducente”, sostiene el Centro de Comercio, al fundamentar su solicitud.
Volviendo al cierre de los comercios, Lago dijo que ha habido cierres entre los asociados al Centro pero no constituyen una cifra alarmante. Pero lo llama la atención cuando recorre las calles ver carteles de alquiler en lugares donde había negocios hasta hacía poco.
Por último, desde el CICS manifestaron que es necesario volver a la situación en la frontera previa a la decisión tomada por la administración de José “Pepe” Mujica. “No dudamos que es materia pendiente del MERCOSUR dar solución a los desafíos que enfrenta la integración, especialmente en zonas fronterizas. No obstante, en lo inmediato, urge volver a la normalidad, dejando atrás decisiones que obedecieron a circunstancias pasajeras”, concluye la misiva.
Asimismo, recalcó que si la intención es transformar a Concordia y Salto en una ciudad única, la medida “no ayuda para nada”. “Hay productos que se va a Salto a comprar y ellos también vienen a comprar acá un montón de cosas que no hay allá o les gusta más el producto que tenemos acá”, mencionó.