LA NOTA
Detrás de una necesidad social, se amparan organizaciones que obtienen de estas prácticas, pingües ganancias en la mayor ilegalidad, abusando de la falta de los controles pertinentes sobre la protección de espacios públicos y las normas básicas de la competencia leal, por parte del municipio, dicen los comerciantes en la nota a Schepens.
Consabida esta necesidad social y entendiendo que el municipio cuenta con la estructura necesaria para su asistencia, sugerimos humildemente, que luego de un empadronamiento exhaustivo de los casos en cuestión, se habilite a los mismos en un ámbito adecuado, a realizar estos trueques de ropas, que de ninguna manera puede conllevar una transacción dineraria.
El excesivo tiempo transcurrido desde nuestra demanda al respecto, y la total inacción de los poderes de contralor establecidos para evitar este tipo de prácticas, que se encuentran debidamente reguladas en las ordenanzas vigentes, están llevando a que muchos contribuyentes de ponderable conducta tributaria, se inclinen por un desacato, abandonando las buenas conductas de abonar tasas e impuestos (los más elevados de la región) y la generación de trabajo formal.
Rogamos su intervención y nos disponemos nuevamente para encontrar una salida razonable que no signifique un deterioro a la comunidad y una mayor caída en la actividad económica formal y la consiguiente caída tributaria, finalizan.
