El Ministerio de Educación porteño le pidió a la rectora del colegio Mariano Acosta, Raquel Papalardo, que presente los papeles para jubilarse. El llamado ocurrió luego de que ella denunciara, el jueves pasado, el sorpresivo envío de policías de la Ciudad a la escuela, cuando los alumnos se preparaban para dar una clase pública sobre el conflicto docente. “Me llama la atención que esto haya sucedido inmediatamente después de que hicimos esta denuncia para proteger a los alumnos”, señaló Papalardo. En este sentido, se dijo preocupada por el contexto institucional del país.
La rectora explicó que está en edad de jubilarse y que tiene esa decisión tomada. Sin embargo, aclaró, las autoridades de Educación conocen que cuenta también con una comisión gremial de Ctera que le otorgó una licencia en sus horas cátedra para dedicarlas a la rectoría, lo que implica su permanencia hasta el próximo diciembre. “Tengo firmada esta continuidad hasta diciembre de 2017 por la subsecretaria y el viceministro”, detalló. Así, el llamado para preguntar “dónde están los papeles de la Anses” no le resultó difícil de decodificar: un mensaje de que se vaya “cuanto más rápido, mejor”.
El jueves pasado, los alumnos del turno mañana del Mariano Acosta organizaron una clase pública para respaldar el reclamo docente de que el Gobierno convoque a la paritaria nacional. Poco antes del comienzo de la actividad se presentaron cuatro policías en moto. La rectora se acercó a preguntarles qué pasaba. Le respondieron que los habían mandado de “Operaciones” porque se iba a hacer una marcha y que si los jóvenes salían a la calle ellos tenían la obligación de cortar el tránsito. Papalardo les aclaró que nadie saldría a la vereda, pero los policías se negaron a retirarse.
Se hizo la clase pública; el turno mañana se fue y entraron los alumnos de la tarde. Cerca de las 14.30 se presentó en la secretaría de la escuela un agente de la comisaría 7ª; dijo que le habían “avisado” que habría una marcha y un corte de calle. La rectora nuevamente explicó que no era así. Un docente notó que el policía había entrado a la escuela armado y le pidió que se retirara. “Estoy cumpliendo con mi deber”, sostuvo el policía, haciendo evidente otra vez que había sido enviado. Mientras se iba, un alumno lo fotografió, la foto fue subida a las redes sociales, la imagen del uniformado armado dentro del colegio se viralizó. Todo esto generó mucha ansiedad entre los padres, que reclamaron una explicación a las autoridades del colegio.