El mayor gasto son los premios a las comparsas debido a que se gastan $ 320.000. Además, el corsódromo que se construyó en la ex estación de Ferrocarril Concordia Norte no tiene tribunas. El alquiler de las mismas cuesta $ 140.000. Y aunque la municipalidad hizo una pavimentación de la cinta asfáltica, el Ente debió costear la pintura de la manga y la adquisición de luminarias.
Además, el sonido vale cerca de $ 130.000 y tener seguridad, que depende de la Policía de Entre Ríos, vale $ 40.000. Otro de los costos es el pago de los vendedores y receptores de entradas y los impuestos: Sadaic (Sociedad Argentina de Autores y Compositores), AADI (Asociación Argentina de Intérpretes) y CAPIF (Cámara Argentina de Productores de Fonogramas y Videogramas). Además, se deben costear la rotura de plastilleras (el material que cierra el predio), la compra de mallas.
¿Se recupera el dinero? “En parte sí, por lo menos para los premios”, indicó Rodríguez. “Lo demás queda dentro del subsidio municipal”, añadió. Obviamente la municipalidad juega un papel sumamente importante para que el carnaval se pueda realizar. “Nos otorga un subsidio para poder trabajar y desarrollar todo esto”, expresó.
Uno de los ingresos son las entradas, que cuestan $ 25. “La segunda superó ampliamente la cantidad de entradas respecto de la primera. Eso nos da un indicio de cómo cayó en la gente”, sostuvo. En la primera jornada se recaudó $ 101.000, en la $ 148.000 y en la tercera $ 158.000 debido a las más de 8.000 entradas vendidas. Suponiendo que se mantenga la recaudación en la última fecha, se embolsaría en total un poco más de medio millón de pesos, cerca de la mitad del gasto total.
Otra fuente de retorno es el concesionario. Los $ 70.000 que aportó fueron utilizados por el Ente para dar un adelanto de $ 15.000 a las cuatro comparsas y $ 3.000 a Unisur. Además a una marca de cerveza se le otorgó otra concesión, con un precio rebajado, para que la puedan vender a $ 10 dentro del predio. El ente recibe el equivalente a dos cervezas por cajón a cambio de colocar banderas dentro del corsódromo.
Probablemente, los auspicios como el mencionado en el párrafo anterior sean la vía para tratar de nivelar los ingresos con los egresos para el futuro. “Con los comercios grandes, con las empresas grandes hay que empezar a hablar por lo menos antes de mitad de año, cuando ellos están realizando el presupuesto”, sostuvo Rodríguez.
Para ello se requiere, en primer lugar, que el Ente funcione todo el año. Por lo menos, esta vez ya se sabe que el próximo va a comenzar el 21 de enero de 2012. El otro aspecto en el que debe trabajar es el turístico. El carnaval es “por ahora más bien local que turístico”, admitió el presidente del Ente. “Tenemos que buscar otro mercado que sería partir la provincia hacia el norte y llegar a Paraná y Santa Fe que es la gente que generalmente llega a Concordia”, indicó Rodríguez.
Emperatriz
El presidente de la asociación social, cultural y deportiva “Emperatriz”, Eduardo Cristina, dijo que el estilo de la comparsa es trabajar en serie. “Para eso la comparsa ha adquirido, en el transcurso de estos cinco años, maquinas industriales de coser y máquinas de coser comunes”, indicó. Las máquinas son operadas por costureras en los talleres propios. “Esto te permite unificar el trabajo y el costo. El que más puede y el que menos puede también sale en Emperatriz”, manifestó.
Además, indicó que, para solventar los gastos, les otorgan dos alternativas. Los trajes se alquilan porque pertenecen a la comparsa. “Ponemos dos bonos contribución. Lo venimos haciendo desde hace muchos años y es para ayudar a los chicos que pueden ser de $ 15 o 20, depende del premio”, indicó. En general se trata de viajes realizados por una empresa local de turismo y el sorteo se realiza en una fiesta a las que ingresan en forma gratuita quienes adquieren los números. La última se realizó el viernes pasado y el segundo premio, un viaje a Mar del Plata, quedó para un integrante de la comparsa Ráfaga. “Eso habla de que Emperatriz busca la integración entre comparsas”, indicó.
Cristina ponderó el sistema. “Los chicos venden determinada cantidad de números y con eso se solventa el alquiler del traje de los chicos. Eso es novedoso. Los chicos ven que el dinero que ingresa queda para su traje. Es transparente”, expresó. Cada uno tiene una determinada meta de venta y quienes pueden superar esa línea, dejan la recaudación extra para quienes no lo logran.
El valor promedio de un traje es de $ 500. “Obviamente sale muchísimo más pero nosotros ponemos un valor promedio para salvar los costos. Con esto uno no pretende ganar dinero sino generar socialmente una actividad de inclusión para mucha gente”, manifestó el titular de Emperatriz.
El costo total de lo invertido en la comparsa se calcula cuando finaliza el carnaval. “Lo que nosotros pretendemos es que ordenadamente se sepa lo que se va a gastar”, indicó. “El año pasado se gastó bastante más que el premio. Nunca lo terminás de cubrir. La comparsa no gana económicamente porque el fin que tiene quienes componemos la asociación cultural Emperatriz no es ganar dinero. Es generar una actividad social que con el tiempo se fue perdiendo en Concordia”, recalcó.
Por último, señaló que organizativamente al carnaval le falta mucho. “Hay muy buenas intenciones este año pero igualmente nos sigue faltando mucho. Recién este año, con el nombramiento de algunas personas, el municipio ha hecho caso a la ordenanza de que sea Ente Permanente de Carnaval”, indicó. En tal sentido, explicó que es importante que trabajen no unos pocos meses antes de la celebración, como pasó este año, sino los 365 días.
“Creo que el espectáculo que se brinda es excelente. Mucha gente hace un esfuerzo muy grande para poder ir a los carnavales”, expresó. Pero, al mismo tiempo, señaló que hay un dilema sin responder: “¿Queremos que sea masivo o que sea popular o que sea turístico?”, se preguntó. En parte, respondiendo al interrogante, señaló que no es turístico pero es “muy buen espectáculo”. “El turista que esté de paso va a salir muy complacido”.
Imperio
Cristina Reyero, coordinadora de la comparsa “Imperio”, tiene 40 años, es correntina y fue comparsera desde los 15 en Monte Caseros. “Bailé muchos años en Carumberá y fui muchos años integrante de la comisión directiva”, indicó.
“Para un comparsero estar participando de la fiesta popular de mayor manifestación que existe en cada pueblo donde hay carnaval, creo que es el mayor orgullo”, indicó. En tal sentido, sostuvo que a algunos les cuesta poco confeccionarse un traje. A otros “moneda por moneda”. Pero “es el mayor placer que cualquier comparsero puede tener”.
En “Imperio” deben arrancar de cero, marcando y bordando. “Tenés que comprarte los materiales y el tema plumas, herrería, lo pone la comparsa”, explicó la correntina. Aunque se hace una compra de plumas anual, muchas son guardadas y restauradas año tras año. “Y es lo que se le proporciona al comparsero porque una pluma bien cuidada es un elemento que se puede volver a usar por varios años”, indicó.
No obstante la ayuda recibida, un traje básico (fajo, corpiño, hombrera, piernera, muñequera, tocado con lentejuelas, mostacilla, canutillo. piedras y perlas) con plumas parte de los $ 1000 o 1200. “Restale las plumas, al comparsero le ha de salir entre $ 500, $ 600. Depende del material que lleve la escuadra”, precisó. “Cada vez van apareciendo materiales novedosos y todos quieren mejorar sus trajes”, acotó. En cambio, un traje de “destaque” supera los $ 2000.
Una cuota del precio tiene relación con el tiempo. “Si empezás por julio a marcar los trajes, vas comprando de a poco el material y realmente no lo sentís. Ahora si te decidís como mucha gente que se decide en noviembre a salir y tiene que comprar todo el material de golpe, es como que se hace muy pesado”, indicó Reyero.
Los comparsistas de “Imperio” deben costearse por si mismos los trajes. Una forma de ayudar es participando de las contrataciones. La comparsa es invitada a cumpleaños de 15, casamientos, despedidas de solteros o aniversarios. Parte del cachet es distribuido entre los chicos que hacen la “salida”.
El dinero de los premios a veces no alcanza ni a cubrir las deudas. Aunque mucha gente colabora donando material o dinero en efectivo, muchas veces sacan fiado en pinturerías, ferreterías o herrerías. “Sacar una comparsa y ponerla cada sábado en una avenida cuesta muchísima plata”, explicó. Otro de los costos es la construcción de los carros. Esto significa diseñar y construir la estructura, el revestimiento y pintar.
Todo es ad-honorem. “Nadie cobra un centavo, ni los herreros, ni los carroceros. Además tenés agregado lo que nos cuesta la banda musical, el músico, el sonido. Hay un gasto importante para ponerla en funcionamiento. Estamos hablando alrededor de los $ 100.000 de deuda, más allá de lo que se va pagando”, indicó Reyero.
“Es muchísima plata para una pasión, hay gente que no lo entiende. Sólo el que está adentro conoce la pasión. Es capaz de gastar hasta el último centavo del sueldo con tal de hacerse el mejor traje”, señaló.
Por último, sostuvo que en Entre Ríos y Corrientes cada carnaval tiene una impronta que lo hace diferente. “En el de la costa del Paraná, en Corrientes, en Chaco Villa Angela, resaltan más los trajes costosos. Un trajecito en Corrientes Capital básico no te baja de los $ 10.000 o $ 20.000. Hay gente que se gasta sumas increíbles”, indicó. Las coreografías tienen mucha importancia, no tanta los carros, y a veces la música incluye chamamé.
En cambio, el de Monte Caseros y el de Paso de los Libres se le da similar importancia a los trajes y a los carruajes. “Las de Monte Caseros llevan entre cinco y siete carros en la comparsa”, precisó. En Concordia, al igual que en el sur de Corrientes, no hay inclinación hacia las figuras coreográficas que forman los bailes. “Es una coreografía libre y cada cual lleva lo que la música le surge”, indicó. “La música es más carioca, más con influencia brasilera o uruguaya”, indicó.
Por último, caracterizó al de Gualeguaychú como una especie de desfile. “La música es mucha cumbia. No hay bordados y se mira más los impresionantes carros y el efecto visual que producen las telas. Es una cuestión empresarial, es una industria. Como queda tan cerca de Buenos Aires, para la gente es como que no existe otro carnaval. Ahí nadie borda su traje. Hay talleres donde se hace la confección de los trajes y hay gente que hace los carros. Después venden los carros o alquilan a los carnavales de alrededor. Acá podemos ver que hay una comparsa que desfila con estructuras compradas de Gualeguaychú”, manifestó.
Bella Samba
César Tisocco, ex director de Cultura e integrante de Bella Samba, junto con su esposa invirtieron cerca de $ 5000 en dos trajes debido a que son dos figuras prominentes en la comparsa. “Eso porque lo hacemos nosotros, sino sería el doble”, expresó.
“El carnaval en sí mismo es una teatralidad popular, donde se canta, se baila, hay una puesta en escena y todo lleva a un espectáculo en general”, indicó. En Concordia, según Tisocco, se viene creciendo paso a paso. “No crece más por una cuestión económica. Sabemos que más espectáculos significaría más inversión. Las comparsas hacen todo lo que pueden; el municipio hace todo lo que puede y está a su alcance. Tenemos un mejor carnaval que lo que económicamente significa”, señaló.
En cambio, sostuvo que en Gualeguaychú se vuelca todo el dinero en el espectáculo. “Tiene mayores resultados en cuanto a estética pero no tiene fiesta popular”, indicó. Y dijo que los integrantes de las comparsas del sur de Entre Ríos preguntan “¿Cuánto vale alquilar un traje? Pone un dinero, se lo coloca y salimos. Eso no me gusta demasiado pero no quito méritos que es un gran espectáculo”.
“Creo que es una discusión que se debe el carnaval de Concordia y debe tomar de aquí en más. Sí es un espectáculo para un espectador de consumo masivo, va a haber que cambiar algunas cosas”, explicó.
“Pero si se pretende un carnaval donde cada integrante borde su traje; le pone un esfuerzo humano más que dinero, es tan noble como el otro”, reflexionó. “Tenemos que mantenernos en una línea entre Corrientes y Gualeguaychú que me parece que ahí está la búsqueda de nuestro propio carnaval”, dijo más adelante Tisocco.
“Creo que el carnaval nunca dejó aquel espíritu inicial de aquellos años donde empezamos a organizar esto, donde la lanza y el tambor prevalecen por sobre todas las cosas”, dijo, un poco respondiendo el interrogante planteado.