Sobre la base de la reunión, el rumor del espacio de difusión oficial desarrolló una serie de deducciones que sorprenden. Por ejemplo, la afirmación de una “ruptura definitiva” de Martínez Garbino “con el ARI de Elisa Carrió y el progresivo alejamiento de Juan Carlos Lucio Godoy de las filas del Nuevo Espacio”, dando prácticamente por un hecho la próxima confluencia Macri-Martínez Garbino y asociando a los dos con el ex senador y presidente del PJ, Augusto José María Alasino.
Como era de esperar, el ex intendente de Gualeguaychú negó semejante deducción y explicó que “estuve en Boca con Macri y otros dirigentes, pero por razones deportivas. Entre ellas, la presentación de Boca en Gualeguaychú el 3 de noviembre, con un equipo juvenil y algunos jugadores conocidos, y además, por la transferencia de un jugador de Juventud Unida a Boca, nada más”.
La estrategia comunicacional del oficialismo en materia política dejó en claro que el ex titular de la disuelta Fiscalía de Investigaciones Administrativas (FIA), Oscar Rovira, es uno de el único dirigente políticos de la oposición capaz de generar la inmediata reacción del mismísimo gobernador Jorge Busti. A diferencia de la respuesta a Rovira, en la que intervino personalmente Busti, en este caso el episodio mediático parece responder más a la decisión del espacio de difusión radial de hacerse eco de un rumor que se echó a rodar el miércoles desde la comitiva oficial que visitó Gualeguaychú, donde se anunció una inversión de 20 millones de pesos para Seguridad.
La nota está escrita en un tono que se pretende revelador de una contradicción política en quien se ha manifestado de acuerdo en varios aspectos con la línea política seguida por el presidente Néstor Kirchner, cuyo principal aliado político en la provincia es Busti. En buen romance, es como decir: “Ustedes que tanto hablaron del menemismo de Busti, ahí tienen a Emilio del brazo con el nuevo Menem”.
Es curioso también —en el plano ideológico— que desde el peronismo que comparten Busti y Martínez Garbino se demonice a un dirigente como Macri, que expresa un pensamiento de centro derecha con tantos destacados exponentes dentro de las filas del movimiento de Perón y Evita. Es, de golpe, crear un Martínez Garbino “progresista” y con tendencias al centro izquierda que nunca existió. Ahí es donde consiguen dejarlo.