En tanto, los dos mil manifestantes –un número no menor en una urbe con 19 mil habitantes– coreaban el ya clásico “Ahora, ahora, resulta indispensable, aparición con vida y castigo a los culpables”. Una consigna que ya perecía sepultada en el pasado.
Los manifestantes portaron fotos y pancartas de Santiago Maldonado y no dejaron de cantar “¡con vida lo queremos!”. El final de la marcha dejó como imagen elocuente la fachada del escuadrón de Gendarmería lleno de pintadas a modo de testimonio desesperado de reclamo y justicia.