La nota discordante en medio de un clima amistoso -los concejales habían comenzado a arrojarse flores mutuamente por el acuerdo con los colectiveros- la puso Mazaira. Durante su alocución, aseguró que 9 de cada 10 colectivos está en mal estado, que más de una vez se quedan por el camino y que los concejales deberían haber realizado un análisis más amplio antes de haber dado luz verde al aumento. De todas formas, admitió que iba a votar a favor de la suba.
Bergalio dijo que Mazaira no estuvo presente en ninguna de las reuniones que mantuvieron con los colectiveros ni con los remiseros. “Por lo tanto desconoce que no solo nos hemos abocado al análisis del costo del boleto sino que fue muy amplio el debate y no ha terminado”, dijo la concejal. “No sé que problema habrá tenido, a lo mejor se operó. Ella había dicho que iba a tener una operación quirúrgica. Si es así, está bien porque cada cual tenemos nuestros problemas”, agregó Zalazar.
Mazaira optó por responder que no necesitaba “invitación” para ir a trabajar y que no mezclaba los problemas personales con las cuestiones del Concejo. “Yo no soy fiscal y no tengo la obligación de denunciar, ya que estamos hablando de cosas personales, y le diría a la concejal Zalazar que se preocupe por su situación porque me han venido a hacer entrevistas de dos medios a las cuales he rechazado porque no me prendo en cosas particulares, no es mi labor. Me preguntaron si la concejal cobraba tres sueldos en algún momento, si era cierto que figuraba en el (hospital) Carrillo”, dijo. En consecuencia, le recomendó que “vaya a averiguar si la están investigando”.
“Que se quede tranquila que a mi me pueden investigar todo lo que quieran. Que se quede tranquila que yo sé defenderme. Yo estoy limpia, no sé si ella está tan limpia como yo”, dijo a su vez Zalazar. La concejal fue denunciada hace poco tiempo por el candidato del radicalismo, Ariel Gorostegui, por las facturas que presentó su hija, quien vive en Córdoba, por servicios prestados al municipio.
Las críticas en los discursos también hicieron blanco en la Asociación de Propietarios de Radiomóviles, con quienes los ediles mantienen un diálogo tirante. “Es una problemática que desde que asumimos en nuestras funciones hasta la fecha no hemos podido resolver porque cada vez que nos reunimos con el grupo de remiseros en comisión, las condiciones del diálogo no son las más adecuadas como para llegar a un acuerdo”, dijo la concejal Bergalio.
Zalazar habló del “grupito” de remiseros debido a que, de 650 autos habilitados en la ciudad, sólo entre 30 y 35 participaron del “bocinazo amistoso” del miércoles. “Está bien a las claras que no tienen el poder que dicen ellos”, argumentó. Y sostuvo que cada vez que vienen al Concejo llegan con “prepotencia” y a querer “llevarnos por delante”. Lo mismo dijo Hugo Pezarini (PJ): “siempre quieren llevarnos por delante”.
Durante el tratamiento del tema, Zalazar, como al pasar, aseguró que hay una empresa que está “mal íntegra” y que está fuera de la Cámara de Transporte Urbano de Pasajeros, Sin decirlo, la alusión era muy clara a la Línea 9. “Tengo que reconocer que hubo un avance en tres o cuatro líneas; hay algunas que siguen no dando en la tecla”, dijo a su vez el edil del oficialismo Miguel Guitar.
La pregunta que quedó flotando en el aire es que hacen los concejales para poner en regla a la 9 como a las demás líneas que tiene unidades en estado deficiente. La banca es un lugar desde donde se deben resolver los problemas de la ciudad, no una cómoda butaca donde sentarse para quejarse como cualquier vecino en una esquina malhumorado porque el colectivo no llega o debido a que se descompuso por el camino. O al menos intentarlo.