En el escrito, los diputados Mainez y Grilli solicitan conocer si Blas García formuló anoticiamiento fiscal o denuncia penal por la comisión de presuntos ilícitos de acción pública, en virtud de la obligación asumida por todo funcionario público; y en caso de no haberse dado intervención a la justicia penal, se indique las razones por las cuales se adoptó tal criterio y las pruebas con las que se cuenta a la fecha.
Los legisladores también solicitaron conocer los ingresos de la Caja de Empleados de los Casinos, discriminada mes a mes y por cada lugar.
De acuerdo a los fundamentos esgrimidos, Mainez y Grilli consideran pertinente que se aclare la existencia de conductas dolosas por parte de agentes públicos que se dedicarían a extorsionar a los concurrentes al Casino de Paraná y cuyo producido, además de configurar un ilícito penal, no ingresaría a la Caja de Empleados, provocando un desprestigio para la plaza turística y un deterioro para el ingreso del personal.
Las declaraciones de Blas García
En la nota reproducida por El Diario de Paraná del 27 de agosto, Blas García destacó que “el principal problema en Paraná es que hay personal que pide la propina al público por fuera” de la Caja de Empleados.
“En Paraná, hay un grupo de agentes, reducido pero muy activo, del que no podemos desprendernos, que le hace creer al cliente que son ellos los que le hacen ganar y le exigen una compensación”, relató el titular del Iafas.
“¿Cómo es eso?”, preguntó el periodista. “A la propina se la piden al cliente cuando va a buscar su auto a una cuadra a las 3 de la mañana, a veces de buenas maneras, otras directamente con prepotencia o violencia; o le golpean la puerta de la habitación en el hotel a las cinco de la mañana; y hasta ha habido quejas de gente de Santa Fe o Esperanza que fueron abordados, ‘apretados’ mejor dicho, en sus propios domicilios”, describió, no sin dejar pasar que “con la maniobra, además de espantar clientes, le ‘roban’ parte del sueldo a sus compañeros”. Allí nomás dijo que “esa es otra curiosidad, porque sus colegas saben quiénes son y no los denuncian, a pesar de que estos inescrupulosos se están quedando con plata que les pertenece”.
A esta altura, conforme el movimiento de cada sala, todos saben más o menos cuánto debe recaudar la caja de empleados. Llamativamente, en Paraná es tres veces menor a lo que se colecta en otros casinos.
Y los delegados de las distintas salas del interior no hacen más que quejarse por el bajo aporte de Paraná.
“La inmensa mayoría de los agentes no es parte de estas microorganizaciones”, aclaró García antes de expresar que “en estos años, hemos logrado reducir al mínimo los robos dentro de los casinos; pero, tenemos que resolver ahora estos aprietes a los clientes que, además de espantar apostadores, afecta la caja de empleados y constituye un circuito de corrupción”.