El basural de Salta y las vías es un enigma para el municipio

María, vecina de calle Salta desde hace 45 años, recuerda que el basural se incrementó hace 10 años. “Antes estaba el arroyo Manzores; el agua era limpia; había arena”, dijo. Ahora vienen “los autos del centro llenos de basura; los carros son los peores y está lleno de ratas. Esto es incontrolable”, señaló. Para ahuyentar a los roedores, la vecina tiene gatos en su vivienda.
Los propietarios de los automóviles son quienes arrojan “todo tipo de basura: aceite, desperdicios de mecánica”; los carros, “se adelantan a los basureros, van juntando todas las bolsas, sacan lo que les conviene y después lo otro lo tiran”.
La vecina aseguró que “todo el tiempo” hacen reclamos a la municipalidad. “Todo el tiempo vienen máquinas a limpiar pero están esperando y ni terminan de limpiar que al otro día ya está todo completo eso”, expresó.
Recordó que en una oportunidad habían cerrado completamente el acceso. “Pusieron todos fierros y alambrados y se robaron todos los fierros. Ahora no hay nada”, dijo María.
Otro vecino, Miguel Ángel Altamirano, dijo que el problema es “la gente del centro que no les interesa nada, viene y tira la basura acá”. Describió a quienes arrojan los desperdicios como gente perteneciente a clase “de media para arriba” porque vienen en “camionetas nuevas”.
“La gente está mal educada”, agregó. “Tiran desechos de todo: hasta de animales. Hay un olor nauseabundo que es insoportable”, dijo Altamirano. Si bien en algunos momentos, los vecinos se han puesto de acuerdo en cuidar, “es imposible, no vas a estar todo el día cuidando que no tiren la basura”, razonó.
Los vecinos quisieran ver todo el predio “parquizado”. “¿Que otra cosa se puede hacer?. No creo que lo loteen a esto y si lo cerrás, rompen o lo tiran por arroba: es eterno esto”, dijo Altamirano. Y señaló que a menudo encuentras ratas en su hogar. “La más chica es un gato. Se vienen desde allá, continuamente andamos con ratas acá en el barrio”, expresó.
A pocos metros de las vía, por Salta, se encuentra el hogar de María Evangelina, quien habita el barrio desde que nació. “Esto está desde hace muchos años, pero ahora se incrementó mucho más la basura. Viene gente del centro en los autos y los ‘carreros’ también y desechan todo ahí a cualquier hora: no tienen horario”. Evangelina aseguró que entre los desechos se pueden hallar desde pañales hasta perros muertos.
“La municipalidad tendría que controlar que la gente no venga a tirar; nosotros demasiado que por ahí lo retamos y le decimos pero por ahí no hace caso”, puntualizó. “Ahora es un desastre, ya no se puede ni caminar porque la basura tapa hasta la calle”, agregó.
La vecina recordó que, en una oportunidad, vino gente del municipio a controlar pero “estuvieron una semana y después se fueron”. Y se queja de las ratas, moscas y mosquitos que proliferan. “Habían alambrado pero rompieron el alambrado y… no tienen control”, expresó.

Sobran pero faltan empleados

“Nosotros vivimos limpiando y siguen tirando basura”, dijo Daniel Martínez, secretario de Servicios Públicos. El funcionario aseguró que actualmente, debido a que llueve desde hace una semana, las máquinas no pueden entrar a limpiar.
“Nosotros les pedimos (a los vecinos) que llamen; que denuncien; que tomen el número de patente”, dijo. Si tuviese el número de la chapa del auto, el funcionario señaló que enviaría la notificación al Juzgado de Faltas. Pero no lo ha hecho porque nadie le ha acercado alguna identificación.
De todas maneras, el funcionario aseguró que consiguió en el basural nombres y direcciones provenientes de facturas viejas de energía eléctrica o del servicio de TV por cable. “Lo he tirado por los medios: no di los apellidos pero di las direcciones de las boletas. Hay algunos que me han llamadom, anónimos, y me han dicho que lo único que dejaban eran las bolsitas en la calle y puede ser que el carrito lo levantó, fue y las tiró allá”, dijo.
El funcionario explicó cuales son las dificultades para establecer un servicio de vigilancia en la zona. “El empleado público trabaja seis horas y estamos hablando de cuatro personas por día, más dos el sábado y dos el domingo”, dijo. Si en vez de cuatro, hubiese dos empleados cubriendo medio día, el funcionario dijo que no se sabe “a que hora” llegan los carros y los vehículos a tirar basura.
Aunque el municipio tiene 2.200 empleados, Martínez sostuvo que faltan empleados en el área que encabeza. “En mi Secretaría siempre faltó gente: por algo tengo más de 100 planes (Jefes y Jefas de Hogar) trabajando”, expresó.
El responsable de Servicios Públicos indicó que los empleados municipales no están interesados en trasladarse a la repartición. “No quieren venir a trabajar de otros lados. La mayoría son los que están en el Palacio: si vos está sentado en un escritorio nos vas a querer venir a la recolección o al taller”, expresó Martínez. En última instancia, sostuvo que iba a tratar de conseguir gente: “a ver como vamos a hacer”.
Además, señaló que el alejamiento de los vecinos, que viven al oeste de las vías, conspira contra la posibilidad de que pueden ejercer una vigilancia continua en el descampado. “En el cañaveral de Rívoli se terminó el basural pero los vecinos los tenía todo alrededor que eran los mismos que estaban cuidando”, explicó.
“La solución que yo tengo es limpiar y seguir limpiando”, expresó. “Yo siempre digo: nosotros somos los sucios. Ensuciamos en cualquier lado pero vamos a Salto y no tiramos un papelito de caramelo. Respetamos las ordenanzas de cualquier lado, menos la de nosotros mismos”, expresó.

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