“Quiero hablar con el profesor Dri (Saúl, Director Departamental de Escuelas) pero con su cúmulo habitual de tareas no ha tenido oportunidad de responderme ni siquiera de responder mis llamados”, añadió. Ferrera aseguró haber telefoneado también al vocal del CGE, Víctor Fassi, quien tampoco le devolvió los llamados.
Desconoce los motivos por los cuales no ha recibido respuesta alguna. “No quiero atribuir que esto sea una cuestión de internas políticas partidarias, una bajada de línea, porque sería una falta de respeto a los empleados municipales”, acotó.
Ferrera sostuvo que el BAPA surge como una necesidad de capacitar a todo el personal municipal. “Casi el 77 % de los empleados les falta terminar aún la escuela secundaria”. La carrera dura dos años. Se inscribieron 150 empleados municipales. “Sucede que el CGE dos comisiones, y máximo se puede llegar a tener 35 o 40 alumnos. Es bastante complicada la situación, pero de alguna manera nos vamos a arreglar con dos comisiones”, expresó.
El edil remarcó que los papeles ya fueron presentados y autorizados. “Falta la autorización del CGE, donde me autoricen simplemente la designación de los docentes, y el plan educativo de los dos años del BAPA”, indicó.
La municipalidad, por su parte, se comprometió a aportar el material didáctico y el lugar donde se dictarán las clases. El lugar físico donde funcionaría el BAPA sería la planta alta del Cine-Teatro Auditórium. “Hay lugar para las dos comisiones, no juntas. Una va a entrar a las 7 hasta las 10 de la mañana, y la otra desde las 11 hasta las 2 de la tarde”, expresó.
Luego de haber sido aprobada por ordenanza en 2004, el edil tuvo una entrevista con el ministro de Educación, Sergio Urribarri, quien les prometió que para julio de 2005 el bachillerato iba a salir. “Nos dijo que sí, que íbamos a empezar el año con un calendario especial, presupuesto había porque íbamos a depender de la parte de adultos del CGE”.
Pero transcurrieron los meses sin novedades. “A la fecha, la gente empezó a reclamar. Vienen todos los días a preguntar y a mí me da vergüenza, ya no sé que más decirles”, expresó. Ferrera solicitó a las autoridades de Educación “consideración” hacia los empleados que quieren capacitarse. “Imagínese el daño que esto está ocasionando porque hay muchos empleados que se quisieron anotar en Dinea y en otros lugares y no se anotaron, se anotaron acá y les hicimos perder prácticamente un año”, dijo.
Las cifras son contundentes, el 77 % de los empleados municipales no finalizó la escuela secundaria. ¿Queda claro que en las designaciones no pesaron la educación ni la capacitación que acreditaban estos empleados? Ferrera respondió que las norma de ingreso sólo contemplan que el postulante tenga idoneidad para el cargo, o sea, saber leer y escribir. “Hay muchísimos empleados acá que ni siquiera han terminado la primaria”, indicó.
Ahora, en cambio, dentro del proyecto para reformar el escalafón municipal se estableció que los ingresantes deben tener, como mínimo, el título secundario. Incluso, el Concejo Deliberante estableció ese requisito para la última recategorización otorgada.