“Nuestro problema es de mucho tiempo atrás porque estamos en este edificio desde el 85, es una casa antigua que fue donado por la Asociación de Citricultores. Desde aquel momento, se está reclamando por la adaptación de la edificación”, dijo la rectora.
El edificio nunca fue adecuado como para absorber las necesidades del alumnado. “Lo que pasa es que como la modalidad es artística, aunque tenemos un bachiller común como en todas las escuelas, tenemos todos los niveles: EGB3, Polimodal, Profesorado de Artes Visuales y Música”. Se abre a la 06.50 hs. y cierra a las 22.30 hs.; diariamente concurren 800 alumnos.
Saíd aseguró que docentes y alumnos corren “peligro día a día”. “Tenemos problemas con la electricidad; las columnas que están peligrosas pueden caer en cualquier momento sobre cualquier persona”. La profesora explicó que no se trata de las columnas en sí sino las que sostienen unas “viseras”, que están “rajadas desde hace mucho”.
A las paredes agrietadas del salón multifuncional, al que acuden cuando llueve mucho porque también hay filtraciones en las aulas restantes, ingresa agua de lluvia. No es por el único lugar: se filtra por el techo y los desagües. “Es que los desagües no están adaptados para escuela. Apenas llueve se inunda todo y penetra en las aulas”, indicó la profesora. El año pasado, en los extremos del salón no goteaba el agua. “Ahora vemos que eso se ha aflojado y entra como cascada en las paredes”.
En realidad, las filtraciones del techo se reproducen en todo el edificio. “Y esto no es desconocido por las autoridades, porque han venido muchas veces en todas las gestiones, y todos se asombran de cómo estamos trabajando”. El personal directivo acumuló todas las notas de reclamo y formaron una carpeta “altísima”.
Otro problema son las canaletas embutidas en las paredes. “Con la electricidad y el agua, hacen que se electrifiquen las paredes donde los chicos están. Son muy peligrosas, hasta ahora hemos tenido suerte y no ha pasado nada”, indicó Saíd.
En la Dirección de Arquitectura de la Provincia les enseñaron el anteproyecto de una escuela nueva y les comentaron que en la Nación hay presupuesto disponible para la obra pero, hasta la fecha, no han recibido alguna noticia sobre la puesta en marcha. “Es decir que seguimos como toda la vida; sin arreglos ni refacciones; nada de nada”, agregó la rectora.
La encargada de la dirección de la escuela explicó que no hay intenciones de paralizar las clases. “Juntamos a todos los chicos y los trasladamos como podemos al salón multifuncional, las mesas, las sillas y ahí nos arreglamos como podemos”, indicó. “Si esto se agrava, veremos que hacemos. Los padres ven permanentemente lo que está pasando porque las aulas son superchicas, no están adaptadas”, agregó.
La nota fue realizada ayer a la tarde, en momentos que la temperatura superaba los 30º. “Ahora mismo, con el gran calor que estamos viviendo en este momento, estamos trasladando un grupo de 35 chicos que está en un aula que pueden entrar 20. Hay que sacarlos de ahí y llevarlos a otro lado donde estén más frescos”, indicó.