El aparato que se conoce como Servicios no Personales sirve para afrontar un menú variado de gastos, como contratación de personal, otorgamiento de subsidios y aportes, gastos en publicidad y diferentes recursos para asistir la labor parlamentaria, como la compra de elementos necesarios para la burocracia administrativa. Como no siempre se especifica bien qué tanto se lleva cada renglón, la duda instalada es que la mayor parte de esos fondos se utilizan en sostener el clientelismo político de los legisladores en sus terruños.
Diputados gasta, desde 2004, una cifra idéntica a la de Senadores a partir de una peculiar lógica que llevó a la Legislatura a repartir fondos salomónicamente, aunque con una particularidad: en los últimos años hubo un crecimiento sostenido en el gasto. En 2003, la Legislatura toda gastó 27 millones de pesos; en 2004, el presupuesto trepó a 32,4 millones, y para 2005 subirá todavía más: 41 millones (20,5 millones para Diputados, y 20, 5 millones para Senadores).
Mirando en forma detenida la composición del proyecto de ley de Presupuesto 2005, se descubre que la planta de cargos del personal legislativo ha sufrido una paulatina disminución. En 1995 había 346 empleados de planta dentro del escalafón; para 2005, en tanto, se prevé que sean 296 (aunque respecto de 2004 se produce un salto cuantitativo.
Pero yendo a los números globales y considerando además a las autoridades superiores y al personal fuera de escalafón, la tendencia también es decreciente; en 1995 había un total de 440 empleados, y para el 2005 se prevén 385, lo cual demuestra el decrecimiento del gasto en ese rubro.
No ocurre lo mismo en el apartado destinado a Servicios no Personales, que entre 2000 y 2005 se triplicó.