Era un momentos donde los medios de comunicación de los sectores dominantes relataban e imponían en sus titulares de diarios, radios y televisión una visión de un país desencontrado, con miedo, con rechazo a las políticas publicas, pero que sin embargo toda esa superficie mediática dominante no pudo tapar un abajo que se empecinaba en ir apareciendo, dando señales, y que en los festejos del bicentenario se expresaron claramente, rotundamente.
Este año del bicentenario que se va, nos deja, además, una extraordinaria construcción democrática alrededor de la ley de medios, con cientos de miles de personas movilizadas en todo el país, con miles de instituciones aportando al debate y al respaldo de una ley transformadora, fundadora de un nuevo tiempo democrático y cultural en la argentina, pero donde nos quedan algunas luchas para dar y poder lograr la plena vigencia de la ley..
Este fin de año del bicentenario nos deja la reaparición de la juventud en la militancia política. Ese sujeto social trascendente para la evolución de los pueblos, la que pone dinámica y mística en las construcciones de la utopías, esa juventud que fue protagonista en la década del setenta y en la del ochenta para la recuperación y consolidación de la democracia, pero que desde entonces estaban faltando. Esos jóvenes irrumpieron en los festejos del bicentenario, en las luchas de los secundarios de capital, y fundamentalmente, despidiendo al hombre que recuperó la política para las mayorías populares. Ahí miles de jóvenes, en todo el país, dijeron presente.
Este año del bicentenario que termina nos deja enormes alegrías, pero también un dolor profundo. Para quienes militamos en el campo popular, para aquellos que nos hemos equivocado muchas veces tratando de buscar, junto al pueblo, salidas políticas que den respuesta a las demandas de las mayorías, la muerte de Kirchner nos deja sin consuelo. El flaco del sur nos dio mucho mas de lo que le pedimos, avanzó mucho mas rápido de lo que creíamos que se podía, sacó a la Argentina del infierno tan temido y nos puso en el camino de la verdad y la justicia, del crecimiento y de una paulatina mejora en la distribución de la riqueza.
Igual que con la muerte de Eva Perón casi sesenta años antes, la derecha se reunió y festejó, como lo hicieron en el sur de nuestra provincia, pero no tendrán suerte, Kirchner no solo construyó, también sembró, y van creciendo cientos, miles de organizaciones sociales, políticas, económicas, culturales que hoy sienten que vale la pena participar, involucrarse, ser protagonistas, y que como decía siempre el flaco Kirchner, abriendo espacios “para que florezcan mil flores”.
El camino es largo, pero los resultados de las políticas del modelo de inclusión social de Néstor y Cristina van dando sus frutos, en lo económico, en lo social, en lo educativo (hoy tenemos el presupuesto educativo mas alto de la historia del país, medido en términos del producto o del presupuesto nacional), en el desarrollo de la ciencia y de la tecnología, en lo cultural, en la recuperación de la dignidad como patria pero también de la de cada uno de los sujetos que la componemos.
El 2011 será un año electoral. Disputaremos la profundización de este modelo o la vuelta al neoconservadurismo. Será el tiempo donde millones de argentinos en el país nos movilicemos para garantizar el triunfo de Cristina, donde centenares de miles de Entrerrianos trabajaremos para darle continuidad a las políticas publicas de crecimiento de Urribarri, y decenas de miles de Concordienses ratificaremos el cambio de paradigma que en Concordia lleva adelante Gustavo Bordet, recuperando la cultura del trabajo que llevó a Concordia a ser una gran ciudad.
