Una realidad que comenzó a construirse a partir del primer día que el río Uruguay avanzaba sobre Concordia a fines del 2015, en lo que se transformó en la inundación más importante que tuvo que soportar la ciudad. Concordia hoy es testigo de un proceso de transformación histórico.
Cientos de familias ya no tendrán que vivir más esa angustia y no habrá otras en situación similar, porque la decisión está tomada: no se permitirán más asentamientos bajo la cota 14. Fue la decisión política tomada por el intendente Enrique Cresto, quien junto a los Gobiernos Provincial y Nacional, lleva adelante este proceso de relocalización que en primer lugar benefició a una treintena de familias que estaban en los centros de evacuados y en los últimos días se han sumado unas setenta más que viven o vivían en zonas inundables.
El objetivo es llegar a las 350 familias y para ello ya está firmado el convenio para la construcción de 250 viviendas más en el predio Ex Agua Patito y en días más, se firma otro para la llegada de todos los servicios. Condiciones esenciales para una vida digna.
La Municipalidad de Concordia, con intervención de las diferentes áreas, realiza un acompañamiento social, deportivo, cultural, educativo y en saludad, brindando la contención necesaria. "Esta brindando una solución definitiva a un problema de décadas", aseguró el presidente municipal. "Y lo estamos haciendo porque hay una decisión de trabajar en conjunto, del municipio, del gobierno provincial y del gobierno nacional, en una misma dirección, con la restitución de los derechos de estas familias como norte", enfatizó Cresto.
"LA ESPERANZA NUNCA LA PERDIMOS"
"Desde que nací vivo acá así que tengo varias inundaciones encima"; dijo otra de las vecinas que hasta hace unos días era una de las familias asentadas en calle Maipú desde Montevideo hasta calle Espejo, barrio Nébel, a la orilla del arroyo Manzores. "Lo esperábamos desde hace muchos años, estábamos ansiosos", reconoció. "Cuando llegaba el agua nos teníamos que ir a los centro de evacuados a esperar que baje el agua para volver, limpiar y empezar otra vez" siempre "estando pendientes a que no nos vuelva a pasar" "Nunca perdimos la esperanza porque sabíamos que esto iba a pasar, que íbamos a tener que salir de acá", manifestaron agradecidos por esta nueva oportunidad que se les presenta en la vida. El agua se llevó muchas cosas, en reiteradas oportunidades, que obligó a levantarse y empezar otra vez. Hoy ya no es así. Estas familias permanecerán de pié con los sueños intactos y con la seguridad que no tienen que pensar si mañana o pasado deben salir porque el río Uruguay los acecha.