De esta manera, el querellante remarcó que tienen las pruebas suficientes que indican el grado de sospecha necesaria para imputarlo por homicidio simple. “La culpa gravísima de la que se había hecho mención al principio, y que rayaba con el dolo eventual ha sido receptada por el fiscal, a tenor y a causa de las pruebas objetivamente colectadas: por ejemplo, la pericia balística que demostraba la proximidad del caño del arma 9 mm al cuerpo del chicos y que descarta en principio y por la posición de la misma, que se haya sido autoinflingido”.
En tanto, Jáuregui remarco que debe esperar aún lo que dice la indagatoria de Chapay pero en principio la calificación para la imputación es “homicidio simple”. “Se le da a esta situación un tratamiento con el máximo rigor que merece porque esto excede largamente lo culposo y, a mi criterio tampoco es impericia ni imprudencia ni negligencia”, señaló el letrado y agregó que al pasar los límites de la culpa ingresa en una zona gris donde el funcionario público debió representarse el daño que podía causar y no hizo nada para evitarlo. “Esa conducta, si bien no es un dolo directo, es un dolo eventual y tiene el mismo tratamiento que la figura del delito, o sea, “homicidio simple”.
El abogado también remarcó que las pruebas colectadas y el criterio del fiscal han hecho que se le dé la razón de acuerdo a lo que había planteado en la primer oportunidad y por ello, el auto apertura de la causa fue modificado por el fiscal, Dario Mauttone, a los fines de narrarla en forma más específica. “Al principio se hablaba muy genéricamente de todo y ahora, con la pericia ya comprobada se modificó lo narrado y se expuso lo correcto: El arma era reglamentaria, fue apoyada en el cuerpo, disparo y en horario de función. Es sumamente importante acreditar esto porque le da a la auto apertura la validez necesaria como para que se desarrolle esta investigación”.
Finalmente, Jáuregui reveló que el padre de la víctima hace alusión y en forma recurrente de que quiere “ir a fondo” con la investigación, que no acepta ningún tipo de miramientos y que pretende el máximo rigor y eficacia en labor de la querella y de la justicia.
Franco González, de 15 años, se encontraba junto al funcionario Chapay, que cubre un puesto de parada externa ubicado en una esquina de Concordia, cuando por motivos que son motivo de investigación el policía efectúa un disparo en la zona abdominal del menor provocándole la muerte. El hecho se registró a las 20.25 de este miércoles en calles La Pampa y Lieberman de esa localidad.
