Transitando entre profesores y colegas se encontró con un grupo que decía que había cambiado la manera de cultivar la tierra, que durante diez mil años se había hecho de una forma y que en los últimos setenta años había aparecido otra; que se había dejado de producir respetando los ciclos de la naturaleza y que ahora se producía usando químicos. Y el entonces preguntó: ¿Y por qué? y las respuestas no lo conformaron.
Le dijeron que eran productos nuevos de mágicas características que eran inocuos, que no hacían daño y desaparecían inmediatamente de usados. Y el preguntó: ¿Y por qué? Y se dio cuenta que algo le ocultaban.
Le dijeron que de esta forma se ganaba más plata y el pregunto: ¿Y por qué? y se dio cuenta que los que ganaban más plata eran los que vendían los químicos pero no los agricultores.
Le dijeron que así era mucho mejor y el preguntó: ¿Y por qué? y de nuevo no le gustaron las respuestas que le daban y cambiando de estrategia y de pregunta esta vez se miró al espejo y se preguntó a sí mismo: ¿Y por qué no?
Y se puso a cultivar como antes y vio que no solo se podía sino que era mucho mejor y más barato porque no había que usar venenos que cada vez había que comprar en mayor cantidad y más caros, porque, como él decía, enfermaban la Pacha Mama y la hacían drogadicta porque cada vez tenían que aumentar más la dosis para tratar de cultivar en ella.
Ahora parecían de nuevo los microorganismos que generaban la fertilidad, las lombrices que transformaban en humus lo que encontraban y que estaban siendo aniquiladas por las drogas que usaban; que no había que aumentar el uso de fertilizantes químicos qué también eran caros y envenenaban la tierra y que lo más importante de todo, los alimentos que se producían sin usar químicos tampoco los tenían y entonces no enfermaban a la gente.
Y salió a recorrer los caminos para que todos supieran las conclusiones a las que había llegado, para que pudieran empezar de nuevo a producir alimentos sanos para todos.
El camino le resulta difícil porque los que venden químicos tratan de que nadie le crea para seguir ganando dinero. Pero la gente si le cree y las cosas están empezando a cambiar.
Y a veces ocurren cosas sorprendentes que lo ponen contento: últimamente los sismógrafos de la Pampa Húmeda han comenzado a registrar levísimos temblores, esporádicos y en lugares determinados, al principio cundió la alarma pero luego de una investigación ardua de la que participaron calificados sismólogos internacionales se determinó que los tenues movimientos telúricos son producidos por sacudones en las poblaciones de lombrices de los lotes a los que ingresa el Ing. Cerda. Incluso algunos zoólogos especializados en lenguaje animal se han aventurado a decir que son de euforia y que mientras se sacuden, las lombrices dicen: ha llegado el salvador.