En base a un estudio elaborado por su equipo de trabajo, monitoreando los distintos eslabones de la cadena de valor del sector citrícola (productores, empaques, contratistas y empresas) hasta llegar a las góndolas de las cadenas de supermercados – con números a la baja o valores mínimos promedio-, según explicó el vocal de Cafesg, Eduardo Asueta. En el mismo concluye que “al originarse la informalidad, es obvio que algunos productores y contratistas hayan tenido grandes ventajas competitivas, pero al generalizarse a cerca del 100 % de la mano de obra cosechera, la única ventaja la tienen los supermercados, que son los formadores de precios, dado que hace ya tiempo que vienen pagando la fruta al productor sin los costos de la formalización laboral. Es decir, perjudicamos al trabajador de nuestra región para beneficiar a las cadenas de los supermercados.”
Asueta además alertó sobre “la grave situación de miles de familia de nuestra región que carecen de un ingreso digno, de condiciones laborales y seguridad social, de capacidad de ahorro y un sentido de progreso. Hemos perdido la cultura del trabajo por la cultura de la changa, la supervivencia, la conflictividad social y las adicciones. Se trata de miles de familias de no pueden comprar suelo donde vivir ni alquilar, no pueden abonar obras de servicios, y carecen de obra social, ART, y todo tipo de coberturas.”
Por otro lado, en el su informe denuncia que “esto que afecta al trabajador en beneficio de los supermercados no es inocuo para los productores, porque de este modo se resiente el sistema productivo en general, dado que con mano de obra informal y precarizada se hace imposible contar con mano de obra sana y dispuesta íntegramente al trabajo, es imposible capacitar la mano de obra, es imposible tener un esquema de presentismo que la planificación de período de cosecha en tiempo y la forma que corresponde, afectando todo ello a la competitividad del sector productivo y a su sostenibilidad.”
Además, el funcionario advierte que “en relación al sector exportador y el sector de las jugueras y derivados, los análisis que hemos realizado nos dan cuenta que también en este ámbito es el mercado el que puede y debe absorber el costo de la formalización laboral que, repito, es de $2,5 por kilo, es decir, un 1,3 % del precio de la fruta en góndola, un valor totalmente marginal. Sin embargo sobre el sector exportador de fruta fresca hay que reconocer que el mismo es muy fluctuante, y que por esa razón hay que estar muy atento para garantizar la sostenibilidad del sector, pero no a través de la informalidad laboral, porque tenemos a la vista sus consecuencias, sino a través de otros mecanismos, como la liquidación de divisas a tipos de cambio diferencial, o a través de exenciones fiscales, u otros mecanismos a mano.”
Asueta sostuvo que “están dadas todas las condiciones para promover un blanqueo real y no figurativo, porque muchas veces el trabajador está en blanco, pero sólo le computan menos días de los trabajados realmente, pero este proceso debe ser integral, apuntando a formalizar el 100 por ciento del empleo del sector, para evitar que se generen ganancias extraordinarias a través del incumplimiento de la ley, es decir que una política de estas características se debe articular con la vecina provincia de Corrientes”.
En el informe señala con dureza el rol del Sindicato Obrero de la Fruta (SOF) al mencionar que “este proceso debe ir acompañado del saneamiento del sindicato de empleados de la fruta, para que sus autoridades y sistema de elección se ajusten a la ley que los rige, como asimismo para desterrar los vicios que el avance de la informalidad ha enquistado en el funcionamiento sindical. Un sindicato sano es imprescindible para acompañar este proceso”. Y agrega que “pesan serias denuncias de fraude electoral, connivencia con contratistas y empresas del sector en pos de la informalidad laboral, y malversación de fondos de la obra social. Esta recomposición se debe dar a través de un proceso electoral real y democrático al interior del sindicato, para desterrar los vicios que se han enquistado en la medida que prosperó el proceso histórico de informalidad laboral, y así recomponer su legitimidad y su capacidad genuina de contralor del cumplimiento de la ley laboral.”
No es la primera vez que Asueta cuestiona al sindicato. Críticas anteriores le valieron que el titular del SOF, Alcides Camejo, le retrucara diciendo que “…Asueta me culpa por la pobreza de Concordia, pero yo no soy funcionario público, él es funcionario público desde hace rato, ahora de CAFESG, pero desde hace mucho tiempo que cobra un muy buen sueldo del estado. Yo me pregunto, ¿qué hizo Asueta por la pobreza de Concordia? Nunca cumplió una promesa, todavía lo están esperando en Cambá Paso cuando dijo que todos nos íbamos a bañar en el Arroyo Ayuí como antes. Nunca cumplió una promesa, nunca gestionó una política que le cambie la vida a la gente y menos a los trabajadores del citrus. Él es amigo de los empresarios que anhelan sacarme del sindicato para que nadie más denuncie la realidad del sector, Asueta es de Sangre Azul, parte del problema no de la solución, le encanta sacarse fotos, vender humo”.
El informe completo en el siguiente link http://bit.ly/3H9eWGz