“Nosotros pensamos que, a partir del lockout patronal del campo contra la resolución Nº 125 se generó una crisis de gobernabilidad que se ha ido reciclando. En principio con la elección de junio pasado y se ha vuelto a reciclar ahora con el DNU que establece reservas para hacer frente a compromisos generados por la deuda externa”, sostuvo.
“En realidad, nosotros pensamos que todo lo que está pasando es la expresión en la Argentina de la situación general que se vive en América Latina en donde EEUU apoyándose en las derechas de cada uno de los países bajo la batuta de los grandes medios monopólicos concentrados está tratando de restaurar el proceso neoliberal”, indicó Echegaray.
“Ante la crisis y ante algunas derrotas, el gobierno recibió una exigencia muy dura del establecimiento (establishment) que hasta aquí se llegó: asimilar la derrota, enfriar la economía y hasta aquí llegamos”, mencionó. “Y el gobierno, para sorpresa positiva de muchos, entre ellos nuestra, no accedió al planteo del establecimiento (establishment) y dijo: ‘no vamos a subir el dólar’, ‘no vamos a bajar el gasto público’, ‘no vamos a congelar salarios ni jubilaciones ni pensiones’”, señaló Echegaray.
Además, valoró que el gobierno haya reestatizado Aerolíneas y las AFJP y haya sancionado la ley de medios. En cuanto a la Asignación Universal por Hijo, dijo que fue una medida “importantísima” que está revestida de “significaciones morales, éticas, económicas y humanitarias”.
No obstante, advirtió que la crisis de gobernabilidad no desapareció. “Si es verdad que se demuestra que en la medida que se juega a la ofensiva, a la radicalización del proceso, a volcar la copa, a distribuir más riquezas, la derecha tiene dificultades”, expresó el secretario del PC.
Interpelado por el rol de la izquierda en el proceso actual, Echegaray rápido de reflejos, apuntó al “enemigo del pueblo” en Argentina y América Latina: “la derecha que quiere restaurar el neoliberalismo”. No obstante, admitió tres problemas en las agrupaciones de izquierda.
El primero son aquellos partidos adheridos ideológicamente en la corriente del “fin de ciclo” que ven al gobierno como un enemigo. “Se ha hablado de menemismo, peor que el menemismo y otros desatinos de esa naturaleza”, expresó Echegaray. La teoría de “fin de ciclo” consiste en que los Kirchner “tienen un deterioro ante la opinión pública que hace redituable hacer una oposición cerril”. “Derrotado Kirchner, los que accederían al gobierno serían estos sectores de izquierda”, razonó el secretario del PC.
Como antecedente de ese pensamiento, recordó que en Italia hubo no hace mucho una coalición de centroizquierda de características social-cristiana representada por Romano Prodi que incluía en su seno a dos partidos de extracción comunista. En un momento de debate por el presupuesto por las jubilaciones, los dos partidos comunistas creyeron que era un buen momento para romper la alianza para oponerse a Prodi y obligaron a adelantar las elecciones. “Creyeron que ellos podían vencer pero lo concreto fue que el que ganó fue Berlusconi y ellos perdieron todos los diputados”, indicó.
A consecuencia de lo anterior, Echegaray sostuvo que la teoría del fin de ciclo es “muy peligrosa”. “Por ese camino hay sectores de izquierda que pueden ponerse una posición de funcionalidad con respecto a la derecha”, indicó.
Para el secretario del PC, la izquierda debe asumir una posición “autónoma” ante el gobierno y que no tenga temor de “apoyar y estimular todo lo positivo que se ha hecho que es importante”. No obstante, señaló que todo lo conseguido es un “piso”, “un punto de apoyo para seguir avanzando”. Incluso, señaló que América Latina se debate entre “restauración” o “radicalización”. En ese sentido, no dudó en señalar que la derecha ve en los Kirchner a su enemigo principal. “Mariano Grondona dijo no hace mucho tiempo, ya no se trata de que los Kirchner cambien sino de que hay que cambiar a los Kirchner”, recordó Echegaray.
Basado en lo desarrollado anteriormente, el secretario del PC abonó la teoría de un boicot desestabilizador. Para que no prospere, dijo que la izquierda no debe confundirse para “ubicar al enemigo principal: la derecha”. También sostuvo que se debe confrontar fuertemente. Asimismo ratificó la posición de autonomía hacia el gobierno sin dejar de “estimular lo que hace bien pero exigir que avance en la radicalización”.
También abogó por la confluencia de los sectores de izquierda que están fragmentados para formar un frente autónomo muy amplio que colabore con el gobierno para “impedir una acción destituyente como pasó en Honduras”. Y, en un futuro, ligarse en una coalición para enfrentar en una segunda vuelta electoral a los candidatos de la derecha. “Creo que no es prudente no hacer todo lo posible para vencer en primera vuelta y evitar el retorno de los muertos vivos”, razonó.
Para precisar los términos, englobó al peronismo disidente en la derecha debido a que está “cada vez más claro que está bajo la batuta de Eduardo Duhalde” al igual que la UCR que está “bajo la batuta del señor (Gerardo) Morales y otro socios de Morales” y a la diputada Elisa Carrió. También incluyó a las patronales del campo, los industriales, los sectores militares y los intelectuales orgánicos: los medios de comunicación “capitaneados por Clarín”.