En la fábrica están trabajando en el proyecto desde hace cuatro o cinco años. En un principio, fue presentado en la Secretaría de Medio Ambiente de la Nación cuando estaba Romina Picolotti. Lemesoff admitió que en la Argentina las grandes empresas no producen metano para consumir. “Sólo cumplen con las normas orgánicas de antorchas de quemado. En el Cinturón Ecológico de Buenos Aires sólo tienen antorchas de quemar los que tienen grandes bonos de carbono”, sostuvo. “Allí están las grandes empresas del país”, como Perez Companc, dijo.
“Nosotros nos presentamos con el objeto de que una empresa de nuestra dimensión pudiera acceder a esos bonos de carbono y a la financiación internacional de esos proyectos pero no tuvimos respuestas”, indicó. El problema es que los créditos los otorga el Banco Mundial pero para otorgarlos necesita consultar con alguna de las consultoras internacionales que tiene en una lista. Las consultoras se encargan de los estudios de impacto ambiental. “Solamente para venir a verlo y evaluarlo tiene un costo muy por encima de los US$ 100.000. Esto hacía inviable la evaluación del anteproyecto”, manifestó.
Al mismo tiempo, se presentaron en la secretaría de Producción de la provincia para crear un mecanismo no sólo para ECA sino para todas las industrias. “Estábamos en pleno escándalo de Botnia. No parecía que era apropiado ir por delante de los acontecimientos. Al final el tema medioambiental se resuelve asumiéndolo. No prohibiendo industrias”, dijo el empresario.
En tal sentido, destacó que una manera de enfrentar la problemática es dar ventajas a empresas como ECA que “no son solo capaces de no contaminar sino de generar sustitución de combustibles fósiles, que son recursos no renovables contra recursos renovables”.
Además, indicó que el desarrollo de energías alternativas en el mundo está bastante desarrollado. “En los últimos 10 años se ha avanzado a velocidad extraordinaria en los países. Brasil lo tiene muy desarrollado y tiene instrumentos financieros que ayudan a las empresas a obtenerlo”, indicó.
Lemesoff dijo que en la provincia había visto los anuncios del gobierno respecto de la posibilidad de introducirse en el tema debido a que el gobierno está intentando ayudar a las empresas que tienen problemas. “El tema está presentado como un tema a resolver perentoriamente. Nuestra empresa está dentro de los parámetros, no somos una empresa contaminante; no tenemos dificultades con el Estado en nuestro proyecto pero creemos oportuno, basado en esta preocupación que muestra el gobierno, volver a presentar nuestro proyecto y pedir ayuda financiera y abrir una nueva puerta a un nuevo desarrollo tecnológico ya más de cara al Siglo XXI”, indicó.
Para ello contactaron a Néstor Loggio, secretario de Producción y Medio Ambiente, y le comentaron sobre la iniciativa. “Está muy interesado. Está trabajando personal técnico que la secretaría de Medio Ambiente tiene, que por otro lado son quienes verifican a nuestra empresa habitualmente, y le hemos pedido desde nuestra empresa a la municipalidad que nos acompañe en la tramitación que no está contemplada pero que sería un gran paso para que el gobierno pudiera establecer una mesa de estudios de estos proyectos y un debate de cómo ayudamos a la amortización de las inversiones”, explicó.
Tras cartón, señaló que es muy fácil decir que pueden producir gas y parece como un regalo hacerlo con los residuos pero las inversiones son muy caras y difíciles de amortizar. “Producir energía, que no sea de petróleo, de represas hidroeléctricas o de generadores que en la Argentina están subsidiados para empresas como la nuestra es más cara. Es decir que no es un negocio del que se puede sacar rédito para devolver un crédito”, manifestó el empresario.
“En realidad es un trabajo del que el Estado tendría que participar, así como subsidia al gas, tendríamos que discutir algún mecanismo para ir substituyendo esas ayudas que le dan a empresas que contaminan con gas o fuel oil de mala calidad, ya lo estamos viendo con la lluvia ácida todo lo que le pasa al mundo, no sólo a la Argentina”, indicó Lemesoff. Asimismo, dijo que le cuestan miles de millones de dólares al país tener una tarifa accesible de la electricidad y el gas contra proyectos como el presentado “que en realidad bajarían el consumo del gas, bajarían los subsidios pero tendríamos que transferir parte de esos subsidios”.
“Estamos expectantes, muy atentos a la reacción de Néstor Loggio que ha entendido perfectamente nuestro planteo y preparando los papeles para elevarselo y que la municipalidad pueda acompañarnos en la gestión ante el gobierno provincial que no dudo que si hay ahora una concientización de lo que es impacto ambiental, esperamos tener buena recepción”, estimó más adelante.
“Todos los efluentes nuestros, los sólidos y los líquidos, pueden generar energía excedente a nuestras necesidades. Lo que nos limita es la inversión. La energía después da pero hay que amortizar lo que uno puso o el crédito que uno tomo para poder hacerlo. Si usáramos el 100 % de nuestros residuos, casi libraríamos nuestro consumo de gas que son unos 8.000 m³ por día para solamente las calderas”, manifestó.
“De esa manera tenemos dos resultados. Uno que es el medio ambiental, que a nuestro entender es el más importante y uno social, que cada vez que nos cortan el gas, nuestros empleados no tienen trabajo. Así que tenemos un problema doble”, dijo. Lemesoff aseguró que este invierno no tuvieron interrupciones en la fábrica. “Me parece que esta vez el gobierno ha negociado con cierta pericia las cantidades de gas disponible y no tuvimos los problemas de años anteriores, que fueron graves”, señaló. La industria del jugo es estacional dado que los cítricos maduran en el invierno. “La naturaleza pone la vitamina C cuando hace falta y nosotros necesitamos el gas y procesar nuestros productos en el invierno”, indicó.