La actitud como candidato, en cambio, fue innovadora: a sus espaldas, dos pantallas gigantes proyectaban las imágenes que solicitaba, gesticuló y se movió por el escenario como un showman y sólo uso el atril para acodarse.
El rabino Sergio Bergman; el ex titular del Banco Central, Martín Redrado; el ex gobernador bonaerense Carlos Ruckauf; el ex gobernador enterriano, Jorge Busti, los diputados Alfredo Atanasof, Claudia Rucci, Graciela Camaño, Hilda “Chiche” Duhalde, y el líder sindical gastronómico Luis Barrionuevo ocuparon las primeras líneas. Ramón Puerta fue el único integrante de la mesa del Peronismo Federal que asistió al acto. El ídolo de River, Roberto “Beto” Alonso; Lilian Keller, la madre del productor Adrián Suar; Carlos Tula –esta vez sin su tradicional bombo– y Moises Ikonicoff también contaron con ese privilegio. Miguel Ángel Toma, el ex jefe de la SIDE duhaldista, no se quedó quieto: desde el escenario se ocupó de probar el sonido y también ordenó a los efectivos de seguridad. El titular del bloque del PRO, Cristian Ritondo, llegó a último momento para dar el apoyo de su partido a la candidatura: “Sentimos un gran afecto con Duhalde y trabajamos para lograr un frente que sea mucho más amplio, integrado por el PRO y el Peronismo Federal.”
El líder del Peronismo Federal se mostró en el escenario rodeado por jóvenes que eran, en su mayoría, hijos de los secretarios de las 62 Organizaciones Peronistas. Sin embargo, pocos eran los militantes, abajo del estrado principal, que tenían menos de cuarenta años. Al comenzar su discurso se excusó por haber elegido el 20 de diciembre, aniversario de la caída del gobierno de la Alianza y de las muertes por la represión: “Estaba planificado para el viernes 17”, pero ese día –según explicó– participó de la rúbrica de un acuerdo interpartidario de políticas públicas. “No se aguanta más tener que refundar cada siete años el país. Tenemos que consensuar y llevar a cabo políticas de Estado a largo plazo”, aseguró Duhalde, quien de a ratos refrescaba las líneas generales del mensaje con un telepromter, consigna Tiempo Argentino.
El ex presidente insistió con el pedido de orden y represión: “Argentina está sedienta de paz, estamos enojados con esta violencia que se instala a partir de un gobierno. La paz se funda en el orden y el estricto apego de la ley. Represión no es matar a nadie, reprimir es cumplir con la misión indelegable del Estado”. Después intentó dar cátedra en materia de seguridad para mostrar que él “sabe y puede”, como reza el eslogan con el que lanzó su candidatura: “Si los del gobierno no saben cómo poner orden, que vengan a preguntarme. Yo les voy a explicar.”
Mientras tanto, afuera de Costa Salguero, familiares de Darío Santillán –asesinado por la represión policial en 2002– y organizaciones sociales cortaban la bajada de la Autopista Illia en repudio al lanzamiento de Duhalde.
La militancia se sorprendió cuando el candidato evaluó que “el gobierno hizo cosas bien y cosas mal”, un giro argumental que también ensayaron Julio Cobos y Ricardo Alfonsín durante su lanzamiento.
