Minutos antes de que comenzara el encuentro, su titular, Mario Amado, dialogó con LA CALLE, ocasión en la que manifestó que el objetivo fue “el de reunir a los referentes del sector, escuchar sus inquietudes y acercarles las propuestas” de la institución.
En torno a las ventas, el presidente de Cacaer manifestó que, “con respecto a 2018, en los primeros seis meses de 2019 se registró una caída de entre el 9 y el 10 por ciento”.
Si bien aún no se cuenta con los datos de julio, se presume que podría haber habido “un empate” (por el consumo en las vacaciones de invierno) y, de acuerdo a lo observado en los últimos días, un retroceso a partir de agosto. De ahí a que se estima que los próximos números “no serían muy buenos”.
A esa cuestión se suma otra preocupación como es el congelamiento de los precios que genera el mismo efecto y estanca los ingresos de las estaciones de servicio, proceso cuyos efectos perdurarían, por lo menos, durante tres meses. “Esperaremos para ver cómo el Gobierno arregla o destraba el asunto con las petroleras. Sabemos que cuesta, pues hay mucho dinero en juego. Y, de acuerdo a lo que se resuelva, iremos a pedirles a las petroleras a que nos ayuden a sobrellevar el momento, pues los costos son muy elevados”, consignó.
A la pregunta si hubo en este último tiempo cierre de estaciones de servicio, Amado respondió que se registró tan solo un caso y que las que están en una situación de fragilidad son aquéllas, familiares, situadas en localidades pequeñas.
En cuanto al planteo del sindicato, referido a implementar el pago de horas extras al personal para los sábados y los domingos, el presidente de la Cámara de Expendedores de Combustible de Entre Ríos admitió que los empresarios tienen su postura y que dialogan con los representantes sindicales.
Lo mismo pasa con la aplicación de la modalidad de autoservicio, iniciativa surgida del Gobierno, mecánica que, por el momento, no se considera viable, por lo menos en el corto y mediano plazo. Sí se adoptan otras como la del uso del código QR, de las tarjetas de crédito y débito y del cajero automático, para “no manejar efectivo, por una cuestión de seguridad”.
