La menor finalizó sus estudios primarios en la escuela Nº 72 y comenzó allí mismo a concurrir a la secundaria. Pero sólo asistió un año. Cuando dejó de ir, desde la dirección llamaron a los padres para avisarles de lo que estaba sucediendo. Ese año, se habían mudado a la zona sur. Pero, también le habrían transmitido que había “algo raro” respecto de la niña y su entorno. No obstante, en la escuela entienden que los padres nada hicieron al respecto.
El protocolo de intervención fue un pedido de los docentes debido a que, antes, cuando detectaban un supuesto caso de abuso o violación, muchos no se animaban a hacer la denuncia porque después tenían que concurrir a Tribunales a declarar. Ahora el docente debe avisar al director, quien puede llamar a Fiscalía o a Tribunales, o la Departamental de Escuelas para un supervisor llame y brinde los datos del menor. “Después le damos aviso al Copnaf”, dijo Dri.
De todas formas, no significa que antes no se hacía nada al respecto. La temática venía siendo trabajada desde el año 2008. “Había una interacción entre Policía y Educación y el Copnaf para bajarle un poco los decibeles a esta situación que se nos presentaba en las escuelas”, indicó.
En la actualidad, Dri dijo que hay muchos casos que no salen a la luz pero son canalizados a través del protocolo. “En estos últimos dos años han habido casos”, dijo. Uno de los casos donde se utilizó el protocolo fue en diciembre de 2012, un preceptor de la escuela Agrotécnica fue denunciado por su propia pareja ante el director del establecimiento por haberse sacado fotos mientras mantenía relaciones sexuales con una alumna menor de edad.
Más reciente en el tiempo fue el caso sucedido en la misma escuela, antes de las últimas vacaciones de invierno, cuando dos padres se presentaron en los Tribunales para denunciar a dos alumnos de 6° año, los cuales están acusados de intentar someter sexualmente a alumnas que cursan años inferiores.
En ese tipo de casos, la Fiscalía hace intervenir a los padres y los docentes involucrados. Además en las escuelas se trabaja en los códigos de convivencia. Incluso, hay asesores pedagógicos y tutores en cada curso y en la Departamental hay dos equipos de orientación educativa para establecimiento secundarios compuesto por una psicóloga, una psicopedagoga y una asistente social. Para las escuelas primarias hay dos equipos compuestos de manera similar para intervenir en esos casos. “Para que estas cosas no pasen pero estamos hablando de un universo de 60.000 estudiantes en el departamento y más de 3.000 docentes. Es un universo complejo”, reseñó.
Esta mañana, en la escuela rural 61 “Mi Patria Chica” una chica de seis años fue al baño y al salir se fue para el monte. “Fue al mediodía, la chica no aparecía, después apareció, hicimos intervenir a la Policía, tuvieron que ir los supervisores a la escuela. Este es un caso distinto, ahí no usamos el protocolo porque hasta ahora no era un caso de abuso”, dijo.