Dos viejos proyectos que fueron desempolvados en reunión de gabinete

La remodelación del mercado no es una idea nueva. En 2005, durante la segunda intendencia de Juan Carlos Cresto, se hizo un anuncio de ese tipo y se armó una comisión entre concejales y puesteros. Tras varias idas y vueltas, dimes y diretes, avances y retrocesos, todo quedó en la nada.

A fines de 2011, el intendente Gustavo Bordet reflotó el proyecto. Comunicó la intención de levantar una nueva estructura que mejore y ordene la actividad del lugar. En ese momento, la manifestación más que nada obedecía a una decisión política que iba a poner fin a una situación de irregularidad que data de más de dos décadas. Si bien no era poca cosa, hasta ese momento no había muchas más precisiones tampoco. Transcurrido más de un año y medio, el proyecto sigue siendo una incógnita.

Hasta ahora no se informó si será de un piso o de dos, de que material se llevará a cabo la obra, cuanto tiempo requerirá ni que harán los puesteros mientras la misma se esté ejecutando. Y la pregunta más importante, si los vendedores se harán cargo del costo de la obra, al menos parcialmente. Sin embargo, de concretarse, desaparecerá la escenografía precaria de chapas y madera que reina en la esquina céntrica además de los riesgos que conlleva el hacinamiento de mercadería en pasillos intrincados y la falta de sanitarios adecuados.

Respecto de la ampliación de la peatonal, hay que recordar que el 6 de abril de 2006, el Concejo Deliberante tomó la decisión de ampliarla hasta la intersección de calle Entre Ríos con Buenos Aires- Quintana. Entre los argumentos citados, se sostenía que se iba a promocionar la actividad comercial. De hecho, la calle, debido a los embotellamientos que a diario se producían, fue cerrada al tránsito vehicular, de 8 a 21, diariamente.

La ordenanza Nº 33.130/06, establece que “las propiedades de esa cuadra son casi en su totalidad locales comerciales, no existiendo al frente viviendas familiares, hecho que determina la conveniencia de impedir el tránsito vehicular para promocionar la actividad comercial en ese sector de la ciudad, además de favorecer el funcionamiento del recuperado cine Teatro Odeón, que periódicamente recibe la concurrencia de un importante número de público”.

No obstante, los comerciantes en un primer momento se opusieron a la medida. Ya sea por temor a que se les incremente el alquiler como por la falta de interés de los transeúntes en recorrer esa cuadra. Esos factores, sumado a la falta de financiamiento, hicieron que el proyecto quedase en stand by por tiempo indefinido. Hasta este año, aparentemente.

Entradas relacionadas