Dos policías rescataron a una mujer cuando intentaba suicidarse, la reanimaron y trasladaron al Hospital Masvernat, por la tarde fue dada de alta y anoche se ahorcó en su casa

Como es sabido por nuestros lectores, DIARIOJUNIO no publica comúnmente este tipo de información, por entender que podría tener un efecto apológico en determinadas personas que atraviesen situaciones conflictivas, sin embargo, la preocupación que hace prioritario el comunicado de esta noticia, radica en el mismo interés por la vida, que nos motiva a no dar prensa de otros sucesos similares. Y es que, este caso en particular, pone en evidencia la ausencia de un programa, o sistema de contención efectivo, para el suicida en situación de emergencia, o si es que existe dicho protocolo, la falta de idoneidad de los responsables médicos de la guarda del nosocomio local. De más está decir que aunque meritorio, de poco puede servir en un caso de estas características, la línea telefónica de ayuda al suicida, cuyo objetivo es otro; el de llegar a aquel individuo que está invisibilizado para el sistema. Pero en un caso tan palpable, donde la víctima es rescatada en pleno acto, y es rápidamente institucionalizada, quedando así a la guarda del Estado, ¿Cómo es posible que no se le brinde inmediatamente una contención psiquiátrica desde esta institución a los fines obvios de evitar que concluya su cometido? Y claro ésta que no basta una mera entrevista de 20 minutos para determinar si persiste en su ánimo la intencionalidad suicida, o si ésta no retornará al cabo de unas horas cuando el individuo vuelva a tomar contacto con el entorno o los conflictos que lo aquejan.
No hace falta ser psiquiatra para entender que esta paciente nunca debió haber sido dada de alta, y que en su lugar debió haber sido trasladada a un ámbito controlado, como pudo haber sido Sala 8 del Hospital Felipe Heras. Fuentes oficiales confirmaron además a DIARIOJUNIO que la víctima ya tenía antecedentes de otros intentos de suicidio, y que luego del alta medico, su pareja la habría llevado a un psiquiatra particular, que le prescribió medicación, pero no internación. El resultado fue que Kaemena salió del consultorio y fue a trabajar a la inmobiliaria donde se desempeñaba como secretaria, más tarde cuando llegó a su casa, dejó una carta pidiendo disculpas y se ahorcó con un cinto.
Si bien no ha trascendido hasta el momento la voluntad de sus seres querido, la justicia está a la espera de que eventualmente surja alguna denuncia por Mala Praxis o por Abandono de Persona, ya sea para el profesional que la atendió de forma particular, como para el Estado provincial, o el médico de guardia que la asistió en el Masvernat.

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