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Dos modelos agropecuarios enfrentados en una campaña excepcional

Dos declaraciones de sendas entidades agropecuarias y la información coincidente de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires y la de Comercio de Rosario acerca de los excelentes rendimientos de la actual cosecha gruesa (soja y maíz, fundamentalmente) marcan la heterogénea realidad del campo argentino y la imposibilidad de “consensuar” una política de desarrollo agropecuario con todos los actores del sector, cuando ni el modelo propuesto ni los objetivos coinciden.
Por un lado, los informes agropecuarios, de los que se da cuenta en esta misma página, refieren que las proyecciones de cosecha para esta campaña se quedan cortas por los altos rendimientos tanto en la región Norte como Sur de la Pampa Húmeda. Por otro, simultáneamente Federación Agraria saca a relucir la amenaza de “volver a las rutas para instalar en la agenda pública los reclamos del sector”. En la asamblea del viernes a la noche, en Coronel Pringles, se puso el eje en la ganadería y la lechería, reclamo ampliamente legítimo si no fuera porque ese sector gremial empresario se alió en los últimos tres años a los grupos dominantes del comercio agrícola que, justamente, condenaron a la ganadería, la lechería y otras producciones regionales en beneficio de un capitalismo agrario concentrado. Exponente, además, de un modelo exportador de materias primas, a precios libres y sin compromisos con el abastecimiento interno.
El Frente Agropecuario Nacional, enrolado en la Central de Entidades Empresarias Nacionales, planteó ante Julián Domínguez la necesidad de “salir de la visión economicista que apunta a la simpleza de un balance de alta rentabilidad” y focalizar la política sectorial en “la familia y la pequeña y mediana empresa rural como los ejes del desarrollo agropecuario nacional”. Sin exhibir una alta representatividad, el FAN con su demanda expresa, seguramente, la de cientos de organizaciones de pequeños agricultores y movimientos campesinos que ven hoy, en la Mesa de Enlace, a un adversario que los somete antes que a una entidad que defienda sus intereses.
Los resultados de la actual campaña agrícola se resumen en una producción extraordinaria con una pésima distribución. Los que pierden buscan hacerse oír. Los que ganan van por más. En el camino quedó el intento de repartir las ganancias “excedentes” mediante retenciones móviles, estrellado contra el férreo bloque del capital agrario con respaldo hasta de un ala “progresista” del Congreso. El desafío para el titular de Agricultura será que su programa de desarrollo sectorial, a punto de ser lanzado, responda más que como paliativo, a resolver cuestiones de fondo de un modelo que sigue condenando a la mayoría de la población rural a “sufrir las consecuencias” de una cosecha record.

Fuente: Página12

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