“Ellos dicen que en Concordia hay pobreza pero Concordia viene del más absoluto de los infiernos”, dijo Loggio. En 2002, el Indec medía 28 % de desocupación y 65 % de pobreza en la ciudad. “Nadie trabajaba y la inmensa mayoría de los concordienses íbamos al club del trueque, entre los que me incluyo”, resaltó. Con el correr de los años, “se ha construido empleabilidad, se han mejorado las posibilidades económicas, se diversificó la economía concordiense”.
¿Qué falta? “Por supuesto que falta pero hay que mirar todo lo que se ha hecho. El que hoy dice que Concordia está cada vez más pobre lo invito a que recorran el noroeste de Concordia. Que vayan al barrio Fátima I, Fátima II, Capricornio, el Silencio, barrio Nueva Esperanza, Constitución oeste, y van a ver agua cloaca, cordón cuneta, asfaltos, viviendas nuevas, centros de primeros auxilios, centros integradores comunitarios. Esta es la realidad de Concordia que crece y crece”, expresó Loggio
Para el funcionario, lo que falta se va a concretar si continúa una “línea de pensamiento” que tiene como destinatario de todas las políticas el mejoramiento del ciudadano y no de la economía como “un dios al que hay quien hay que adorar”.
La ausencia de estadísticas fiables fue asumida como un déficit por el secretario de Producción. En ese sentido, dijo que trabajaron en la posibilidad de poder elaborar estadísticas propias. “No tenemos funcionarios en la calle haciendo un rastrillaje permanente de estadísticas. Eso lo hace la Nación y nosotros tomamos datos desde ahí”, dijo. “Hay que armar una estructura. Son desafíos para los próximos gobiernos. Habría que ver la posibilidad de avanzar con las universidades pero estaría bueno manejar información propia”, indicó.
Por su parte, el concejal electo por ‘Cambiemos’, Esteban Benítez, dijo que el gobierno ha desmantelado el Indec. “Yo trabajé para el Indec haciendo informes económicos durante mucho tiempo. Ha sido un grave error”, indicó. No obstante, rescató muchas cuestiones positivas del gobierno, sobretodo durante los primeros años del kirchnerismo cuando estaba Roberto Lavagna con quien compare muchos criterios económicos. “Fue tal vez el mejor economista que tuvo la Argentina y fue un grave error del kirchnerismo haberse separado de el”, remarcó.
Respecto de Concordia, admitió que no hay datos oficiales sobre la pobreza. “Pero cuando decimos que es la segunda ciudad más pobre nos referimos al último dato estadístico que hubo que la marca como primera ciudad a Corrientes”, señaló.
De la misma forma, Benítez remarcó que la pobreza se mide en base a las necesidades básicas establecida por la canasta básica y al salario promedio de los trabajadores. “Eso el Indec lo está brindando”, señaló. En definitiva, los parámetros para medir la pobreza existen pero no se publican más.
Por lo expuesto, explicó los cálculos propios realizados con otros contadores. “Vos dividís el salario promedio por la canasta básica de alimentos y te da quienes no llegan a las necesidades básicas. Con ese mismo criterio podés calcular también quienes superan eso pero no llegan a otro eslabón que es lo que el Indec hacía”. El edil electo señáló que el cálculo revela que más del 20 % de la población total de la ciudad no llega a las necesidades básicas. En otras palabras, es indigente. Y “la pobreza es mucho más”.
Respecto del crecimiento económico y la necesaria redistribución que experimentó el país durante la última década, del cual la ciudad no pudo estar aislada, Benítez dijo no necesariamente eso sucede. Y puso como ejemplo a los 90, cuando hubo mucho crecimiento económico pero al mismo tiempo, se produjo un “caos social”.
“Acá tenemos una gran deuda y los radicales tenemos parte de culpa en esto, menos que los demás, pero todos los dirigentes políticos tenemos una deuda pendiente con los pobres de la ciudad”, dijo además. Incluso graficó que más de 7.000 familias en Concordia carecen de servicios sanitarios. “Son 28.000 personas que tienen pozos ciegos en sus casas”, ejemplificó. “Te invito a jugar a la pelota a la plaza de Benito Legerén y vas a ver como pasa la cloaca al aire libre”.
“La pobreza se siente por todos lados. Se ve en la cantidad de planes que van a cobrar al banco Nación todos los días y eso me indigna Yo vine a la actividad política para cambiar eso. No para quedarme en la crítica”, señaló el edil electo.
Pero Loggio aclaró que no se puede hablar de planes sino de “derechos institucionalizados”. “No se puede hablar de planes cuando se refieren a la AUH Asignación Universal por Hijo”, recalcó. “Son derechos garantizados por una ley de la Nación que igualan las condiciones de los hijos de los trabajadores argentinos. Un hijo de un trabajador informal en este país, por fin, después de décadas, tiene el mismo valor para el Estado que el hijo de un trabajador formal”, sostuvo.
“Esa mamá o ese papá tiene el ingreso que el Estado le garantiza para que su hijo esté alimentado. Sin embargo la derecha sigue hablando de planes es como que eso es asistencialismo”, indicó. El dinero se transfiere a un cajero automático al que acceden los beneficiarios mediante una tarjeta. En consecuencia, no hay ningún puntero de por medio. “Estos derechos a la derecha les cuesta entenderlos y los sigue llamando planes sociales de asistencia y clientelismo”, recalcó.
Otro programa que se aplica en la ciudad es el Interzafra. Los destinatarios son los jornaleros que no van al sur a la cosecha de la pera y la manzana y se extiende entre la finalización de la cosecha del arándano y el inicio de la del citrus. “Es para ayudar a los trabajadores en ese período. Los que se quedan tienen que buscar changas de otras actividades como albañilería o jardinería para poder sostener a sus familias en ese período. El Estado los ayuda con $ 1.500 por mes para que el trabajador tenga un mejor ingreso familiar”, indicó el funcionario.
En su conjunto, Loggio indicó que los beneficiarios son promotores del mercado interno. “El 100 % de lo que reciben lo consumen en el autoservicio, el almacén, en la carnicería, en una tienda”, etc. Esa transferencia económica genera dinamismo, empleo y consumo. “Es un circulo virtuoso., Hay demanda, hay más trabajo, nuevos salarios”, indicó.
“Una visión del estado totalmente distinta a la que tienen los economistas del PRO” como Adolfo Sturzenegger, Carlos Melconian, Alfonso Prat Gay, Rogelio Frigerio, Miguel Angel Broda, o José Luis Espert, ahora “escondidos por una cuestión electoral” son los que gobernarían este país en el caso en que ganara el Pro. “Nos llevarían a la década del 90. Para los sectores humildes, sistemas de sostenimiento de alimentación y las ganancias para las minorías del privilegio”, indicó.
Por último, Loggio dijo que a los dirigentes del PRO les cuesta aceptar a las mayorías cuando no son de ellas y tienden a hablar de fraude cuando pierden. “Acá en Entre Ríos claramente perdieron, en Concordia perdieron”. Pero remarcó que: “lo importante es que están dentro del sistema democrático. Muchas décadas atrás la derecha no aceptaba las reglas de juego y daba golpes de Estado. Hoy la derecha está dentro de la democracia”.