En el amparo, los docentes explican que sólo ha habido «promesas de palabra poco serias pero hasta el momento no se ha realizado ningún acto que lleve a pensar que los demandados por intermedio de quien corresponda procederán a cumplir con su deber ilegítimamente omitido.»
Tras las lluvias producidas entre el 11 y 13 de marzo la directora Patricia Peralta debió suspender la actividad escolar. En el establecimiento se produjeron filtraciones por todas las paredes quedando las mismas directamente mojadas, produciéndose caída de cielorraso en el baño de las mujeres, canalizándose el agua por los caños de luz llegando a todas las bocas del establecimiento y al tablero eléctrico de la escuela. Esto generó
cortocircuitos. Es por ello que existe un claro, concreto y presente riesgo de electrocución de cualquiera de los miembros de la comunidad educativa, además del peligro de que se sigan cayendo pedazos del cielorraso o posibilidades de derrumbe de las mismas paredes.
El problema eléctrico significa, también, problemas para extraer agua mediante un bombeador eléctrico desde el pozo hasta el tanque que suministra agua corriente al establecimiento. El agua es utilizada en baños y aseo del establecimiento con todo lo que su no provisión puede llegar a significar.
La falta de electricidad colocó en severa crisis la cadena de frío que resguarda los alimentos del comedor escolar.
Los amparistas expresan que el reclamo surge ante la omisión observada por los organismos responsables. En su presentación, señalan que están incumpliendo con la Ley Federal y Provincial de Educación, el Estatuto del Docente Entrerriano y los derechos reconocidos en la Constitución Nacional y Provincial y en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
La situación configura un serio factor de riesgo para la salud, integridad física y hasta para la vida misma de toda la comunidad educativa de la Escuela Nº 71. Diariamente concurren 800 menores al comedor de esta institución.