Hasta las 12.30 del mediodía, la jornada de debate este jueves en la causa por el doble infanticidio de Hugo (5 años) y Rodrigo Zapata (de 7) fue a puertas cerradas. Es que hasta ese momento habían estado declarando los tres hijos biológicos de Álvarez, que fueron testigos del maltrato al que las victimas eran sometidas. Como ya habían adelantado los testimonios anteriores, de familiares, e incluso el de Andrea Soledad Zapata (http://www.diariojunio.com.ar/noticias.php?di=0&ed=1&no=55015). Álvarez no agredía a sus hijos biológicos, sino solo a los hijos de Zapata, aquellos a los que finalmente les dio muerte.
A esta situación, se agrega el dato aberrante surgido en la audiencia del miércoles, cuando el medico forense, Manuel Malher, declaró que había hallado indicios de abuso sexual en la autopsia realizada al cuerpo de Rodrigo Zapata.
En este contexto, mientras afuera de la sala se encontraban el testigo Enrique Stola, el delegado de Derechos Humanos Ruben Bonelli y dos periodistas; la imputada Andrea Soledad Zapata fue retirada de la audiencia. La mujer, visiblemente compungida, quebrada en llantos le decía a su abogado defensor, Ives Bastian, que los menores estaban mintiendo
Claro está, que seria inapropiado hacer juicios de valor acerca de los testimonios, máxime tratándose de menores y que por otra parte no fueron públicos. No obstante la marcada disidencia de la imputada con estos testimonios, al punto que fuera necesario retirarla de la sala, es un dato que no puede obviarse en una crónica periodística.
Vale recordar a este respecto que ya la testigo Vanesa Corrado (madre de los chicos), señaló en su testimonial que los menores le habían manifestado temor por contar lo que ocurría en casa de Álvarez, porque éste los tenia amenazados que si hablaban les iba a pasar lo mismo que a Hugo.
Solo para refrescar la memoria; Hugo Zapata, era el niño de 5 años (hijo de Andrea) asesinado a golpes por Álvarez, y luego enterrado bajo la cama, para ocultar el crimen
Tras ese episodio, continuaron las testimoniales de los menores, y se dio paso a la parte pública del debate, con la testimonial del médico psiquiatra Enrique Stola; a quien DIARIOJUNIO ya había entrevistado el año pasado, en ocasión de que se conociera que el profesional confeccionaba un informe psiquiátrico de la imputada Andrea Zapata, que la eximía de la imputación formulada por la fiscalía. En esa oportunidad, el psiquiatra se manifestaba molesto por la determinación de la justicia de mantener la prisión preventiva de Andrea, a quien consideró “la tercera victima de este hecho”
En efecto, Stola fue citado como testigo, en primer lugar para ratificar su informe, pero sin perjuicio de ello, fue entrevistado por ambas partes y tuvo oportunidad de ampliarlo.
En su declaración; Stola sostuvo que Zapata era claramente una victima de Álvarez y que era “cruel y machista” condenarla por lo que se la estaba acusando. El profesional, precisó primero la situación de indefensión en la que la mujer se encontraba, señalando el grado de violencia que sufría, y luego explicando de qué forma incidía su analfabetismo en el esquema de dominación que Álvarez ejercía sobre ella.
En esta línea, Stola explicó que más allá de leer y escribir, la escolaridad primaria incide decisivamente en la estructura cognitiva del individuo, favoreciendo sustancialmente la neurogénesis.
Es decir, las actividades que el cerebro desarrolla en los primeros años de la escuela primaria, incide fuertemente en el desarrollo biológico de las neuronas y las redes que comunican a las mismas. Es por esta razón que la estructura cognitiva de una persona escolarizada es muy distinta a la de un analfabeto.
Según destaca el psiquiatra, ejercicios dados por ejemplo en matemáticas tienen además de su finalidad practica en el manejo de los números, una funcionalidad concreta en la estimulación del desarrollo de la estructura cognitiva, que va a permitir que esa persona tenga mas capacidad de resolver problemas inclusive cuando estos no estén relacionados con números.
Por esta razón, señaló Stola que no podía medir a Zapata con un test de inteligencia, ya que si lo hubiera hecho el resultado sería falso.
Para el profesional, el analfabetismo de Zapata, es un dato sustancial, para determinar el grado de indefensión en el que se encontraba, más allá de lo practico en el hecho de no saber escribir ni utilizar un teléfono celular, o de no poder indicar su domicilio, además Zapata carecía de capacidad para buscar alternativas.
“el coeficiente intelectual de una persona escolarizada tiene de base 90 y puede ir hasta 115, pero en los analfabetos difícilmente supere 70” precisó.
Este factor es determinante además para entender la comprensión de la mujer a la imputación que la fiscalía le hace, que es la de no haber actuado para impedir la muerte de sus hijos.
En este aspecto, el Fiscal consultó a Stola respecto del “Instinto de Madre”; cosa que el profesional descartó de plano al señalar que éste “no existe en los humanos” y que “solo puede existir en términos culturales, pero no biológicos”, es decir que en rigor, termina existiendo porque es inculcado culturalmente, pero no es innato de la especie, y si este valor no es inculcado no se lo tiene.
Además de estos factores el psiquiatra, destacó el embarazo por el que estaba pasando Zapata en los meses en que se produjeron los hechos; situación que conlleva a un mas a una vulnerabilidad emocional, por el proceso hormonal típico que esto conlleva.
Sindrome de Estocolmo
A la hora de valorar el caso Stola lo comparó en más de una oportunidad con la tortura sufrida por militantes políticos en tiempos de dictadura. Y señaló que “al igual que hacían los militares, siempre el que tiene el poder pone a la victima en situación de elegir, y de esa elección depende su vida” en este caso la elección era: “si contás algo te mato a tu hijo” después le mató a uno de los hijos, entonces era “si hablas te mato al otro” y sabía que era capaz de hacerlo y después que lo mató al otro si esto no se descubría la lógica iba a ser “si hablas te hago lo mismo que le hice a tus hijos”.
Sin embargo, el testigo señala que en términos psicológicos, la tortura doméstica, es mucho más difícil de asimilar que la tortura política, porque “el militante que es torturado tiene su ideología en la cual apoyarse, pero Zapata no tenia nada”
En este punto, el psiquiatra contó el caso de una militante torturada por la dictadura en los 70, que luego de ser liberada fue victima de violencia de género. El caso es revelador en términos psicológicos porque esta mujer sufrió mucho más la violencia de su pareja que la de los militares, aunque la del terrorismo de Estado fuera más dolorosa para su cuerpo. Y es que “los golpes de su pareja provenían de una persona que ella había elegido”
A la inversa de este proceso, el psiquiatra analizó el caso del síndrome de Estocolmo, que es cuando una victima “empieza a buscar una salida, una esperanza y esa esperanza es buscar el lado humano del torturador para atenuar el martirio”
En este punto, Stola citó jurisprudencia sobre un caso de Villa María Córdoba, donde una Madame de un prostíbulo fue absuelta tras haber participado en lo que se conoce como el “ablande” de jóvenes secuestradas para su explotación sexual. Esto es cuando se somete a la victima de trata a todo tipo de vejámenes, torturas y abusos, para “domesticarlas” y lograr con esto que desistan de escapar, porque saben que si lo hacen y son descubiertas, les volverán a hacer lo mismo.
En este caso, la mujer fue absuelta pese a haber participado del procedimiento, por que ella también había pasado por lo mismo y por lo tanto, era imposible para ella negarse a participar
En ese contexto, Stola señaló que hasta hay casos en que las mujeres le pegan a sus hijos para evitar que el agresor lo haga de una manera más cruel, evitando así el mal mayor.
En otras palabras viendo disminuidas sus posibilidades de evitar lo peor, la victima termina haciendo cosas que de otro modo no haría.
Al ser consultado por el defensor de Zapara respecto de si Zapata entendía por que se la estaba juzgando Stola sostuvo; “ella puede entender el castellano, pero comprender emocionalmente que se la acuse de la muerte de sus hijos es difícil hasta para mi”
Criticas a la justicia
Sin pelos en la lengua, Stola criticó duramente el rol de la justicia y habló de discriminación judicial, para luego señalar que «es cruel y machista exigirle a esta mujer un accionar que no le era posible».
Durante el interrogatorio, el fiscal Pablo Castillo, se lanzó a intentar descalificar profesional y moralmente al psiquiatra, valiéndose para ello de libelos publicados en Internet por grupos ultracatólicos defensores del cura Grassi, debido a que Stola fue testigo en beneficio de una de las victimas de la causa de abuso sexual por la que fue condenado el sacerdote.