Artusi enfatizó al respecto que «no existe ningún estudio técnico serio que aconseje la construcción del “Tren Bala” en estas condiciones; por el contrario, todo parece señalar que se trata de una obra no prioritaria, que aumentará nuestra dependencia política, económica y tecnológica, que acentuará la conformación macrocefálica y centralista de la infraestructura de transporte en el territorio nacional”.
Además, señala que “desviará recursos necesarios para otras obras imprescindibles como la reconstrucción del sistema ferroviario nacional, y que sólo servirá para los negocios de empresas extranjeras y para que el conjunto de los argentinos subsidiemos a quienes en el futuro quieran ahorrarse unos pocos minutos para viajar entre Buenos Aires, Rosario y Córdoba, las tres mayores aglomeraciones metropolitanas del país. Creemos sinceramente que el pueblo argentino en su conjunto no se merece semejante afrenta.»
Entre los fundamentos, se pregunta si “no es más prudente en todo caso mejorar y modernizar la infraestructura en ese tramo, a costos muy inferiores, con trenes convencionales capaces de alcanzar poco más de 100 KM por hora de promedio, y en vías aptas para pasajeros y carga; y la sustancial diferencia invertirla en rehacer los destrozados rieles y otra infraestructura ferroviaria del resto del país?Es de enfatizar que el tren mesopotámico (ex Urquiza) tiene la mayor parte de sus vías troncales en muy mal estado, lo cual limita sobremanera el transporte de cargas y lo hace no competitivo para pasajeros, por las bajas velocidades, demoras adicionales, constantes descarrilamientos, etc”.
Otras preguntas se formula en el proyecto, “¿no es mejor invertir las sumas señaladas, e incluso mayores, para modernizar y reconstituir miles de kilómetros de las redes ferroviarias para carga y pasajeros; en lugar de poseer un ultramoderno tren en un tramo de 400 KM y un tramo adicional de poco más de 300 KM muy moderno, solo de pasajeros?”.
Más interrogantes plantea Artusi “¿no sería más interesante evaluar la factibilidad de unificar las trochas, e incluso cambiar la orientación radial centralista con las que los gobiernos conservadores y los británicos concibieron nuestros hoy viejos y achicados ferrocarriles?”.
“Lo irracional de este proyecto tiene varias aristas: el llamado a licitación original en 2006 fue por 2.400 millones de dólares; con financiamiento en mitades entre la concesionaria y el Estado. Hoy estamos con un incremento de 1.200 millones de dólares y todo a cargo del Estado, sin condiciones técnicas suficiente”, agregó el diputado jujeño Alejandro Nieva, quien integra la comisión de Transporte de la Cámara baja.