La Cámara de Diputados aprobó por 168 votos a favor y solo uno en contra el proyecto que establece la educación sexual obligatoria. La iniciativa contó con el respaldo de todos los bloques, incluso de aquellos que tradicionalmente se opusieron a su implementación o pretendían ponerle fuertes condicionamientos.
Entre otros argumentos, en los considerandos se revelan diversas cifras que muestran las consecuencias de la falta de educación sexual en las escuelas: «El 47% de los alumnos secundarios ya se inició sexualmente, y el 1% tiene al menos un hijo. Sólo el 30% de los adolescentes usa preservativos en todos sus encuentros sexuales. Las internaciones por derivaciones de abortos en la Argentina superan las 70.000 anuales, y en la Capital Federal el 40% corresponde a menores de 20 años; 800 enfermos de sida se atienden cada año en la Ciudad. El 11,2% de las consultas mentales de chicos está motivada por abuso. Más del 50% de las porteñas de 14 a 19 años nunca se hizo un control ginecológico».
El artículo 1° del proyecto establece que “todas las personas tienen derecho a recibir educación sexual integral en los establecimientos educativos de gestión pública estatal y privada de las jurisdicciones nacional, provincial, municipal y de la ciudad Autónoma de Buenos Aires”.
En el art. 4º se establece que las acciones de la educación sexual integral están destinadas a “todos los alumnos y alumnas del nivel inicial, de la Educación General Básica, del ciclo primario o secundario, del ciclo polimodal o sus equivalentes, de la educación técnica, de la educación especial, de la educación de adultos, de la educación artística, de los Institutos Superiores de Formación Docente y de las Universidades e Institutos Universitarios, y al asesoramiento, actualización y capacitación de los docentes de todos esos sistemas y niveles”.
Entre los objetivos, establecidos en el art. 3º, se señalan: promover una concepción positiva de la sexualidad; transmitir información pertinente, precisa, confiable y actualizada sobre los distintos aspectos involucrados en la educación sexual integral; fomentar la responsabilidad en el ejercicio de la sexualidad; incidir en la reducción de los problemas relacionados con la salud en general y la salud sexual y reproductiva en particular; procurar la igualdad de trato y oportunidades con perspectiva de género.
Consenso y capacitación
La titular de la Comisión de Educación enfatizó nuevamente “el alto consenso” logrado en la discusión y la seriedad puesta de manifiesto en el debate, “que supuso un intenso trabajo por parte de los asesores y diputados de la Comisión de Educación, en primera instancia, y luego de la Comisión de Familia”.
En relación a la participación de la familia, consideró que el programa “busca vincular más estrechamente la escuela con la familia para el logro de los objetivos y, en este sentido, promueve la organización de espacios de formación para padres y responsables”.
La legisladora calificó como un “gran desafío” el que supone la capacitación y formación de los docentes que tendrán a su cargo la aplicación del Programa. Más adelante, aclaró que hay una disposición transitoria que plantea que “se tendrá una educación gradual y progresiva acorde a las acciones preparatorias en relación a la formación de los docentes.”
Respecto de la capacitación, el programa nacional establece en el art. 11º la organización periódica de “congresos y seminarios de educación sexual integral, invitando a los niveles superiores de la educación en cada jurisdicción, así como a representantes de la comunidad escolar, pedagogos, médicos, sicólogos, sicopedagogos, sexólogos, educadores sexuales, consejeros, filósofos, sociólogos, religiosos y líderes comunitarios de ambos sexos, y publica sus debates y conclusiones”.
En este sentido, y con respecto a los contenidos y materiales que los alumnos recibirán y que se utilicen para la propuesta educativa, Osuna explicó que serán programados y contemplarán la edad de los chicos. “El tratamiento de los contenidos tendrá como exigencia atender a los intereses disímiles que caracterizan a los niños y jóvenes en sus diferentes etapas de crecimiento”.