“Dígale a la Presidenta”

Sus palabras brotaban como un borbollón con una sinceridad que me abrumó, que me conmovió hondamente. Me sonaba tan raro porque tenía una imagen mental de ella como una persona tímida o retraída.

Nora estaba ahí, frente a mí, haciendo su declaración porque estaba feliz de ser argentina. Era una felicidad, de mujer.
Es que la alegría que tenía era movilizante. Y por eso escribo esto.

Miles de argentinos entrerrianos saltaron ayer de alegría al recibir la noticia de haber salido sorteados en el programa más revolucionario, más transparente y más esperanzador de este proyecto nacional y popular.

El sorteo de PROCREAR de ayer fue un salto hacia el futuro. Fue un tsunami de felicidad que se extendió por todo el país. Fue la felicidad de los miles y miles que salieron sorteados, y también de sus padres, de sus amigos, de sus hermanos. Y la renovación de la fe y de la esperanza de los que deberán seguir esperando, pero en la seguridad de hacerlo bajo una regla transparente que rige para todos por igual en todo el país.

Estoy seguro que miles de parejas jóvenes y no tanto habrán ido ayer a sus terrenos simplemente a sentarse allí. A contemplarlo, a imaginar las habitaciones, las ventanas, la orientación. Simplemente a soñar, ese maravilloso recurso de la naturaleza humana que nos permite orientarnos para atravesar el mar de la incertidumbre de la vida.

Nora y miles y miles de argentinos más sienten que este, su país, es el único lugar donde quisieran estar en este momento.

Y mientras eso siga ocurriendo Argentina será siempre un gran país.

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