En una entrevista ofrecida a DIARIOJUNIO y que publicaremos ampliada este sábado, uno de los principales testigo-victimas y querellantes de la causa Harguindeguy, Carlos Martínez Paiva, dio detalles sobre su declaración de ayer, que por pedido expreso del declarante, fue privada. Martínez Paiva nos explicó que; como debía describir en ese interrogatorio las torturas que había padecido, las cuales lo llevaron a estar muy cerca de la muerte, según sus propias palabras, prefirió que no hubiera público presente.
No obstante el testigo, que es parte querellante en la causa delitos de lesa humanidad cometidos en Concepción del Uruguay durante la última dictadura militar, se extendió sobre otras formas de tortura que los persiguieron aún después de salir del centro clandestino que funcionaba en la delegación de la Policía Federal de esa ciudad. Así relató que fue paseado por distintos penales de la provincia, hasta que finalmente fue derivado a Coronda, en Santa Fe, donde sufrió maltratos de todo tipo, y hasta tuvo la mala experiencia de encontrarse, apenas salía de esa cárcel, con José Peluffo; el mismo pibe que en 1976, golpeó la puerta de la casa del Juan Carlos “Changui” Rodriguez –según declaró éste-, escoltado por los represores Rodriguez y Mazzaferri, para llevárselo secuestrado. El mismo que según recuerda Martinez Paiva; “hicieron pasar” al sótano donde él y otro compañero estaban siendo torturados con picana eléctrica, y que le decía: “Decí la verdad Carlitos, nos engañaste, nos querías hacer guerrilleros”; el mismo pibe, pero unos años mas tarde, vestía uniforme de oficial de la Policía.
EL CHOFER DEL MINISTRO
Pero según relató Martínez Paiva, la tortura permanente de ver torturadores siguiéndolo de cerca continuaba, casi cotidianamente. El 1º de Julio de 1980 en un operativo comandado por el director de informaciones de la departamental Uruguay de policía de Entre Ríos, Orlando Félix “nachito” Cabrera, quien después fue, nos cuenta el testigo “jefe departamental de policía de Concepción del Uruguay en los ´90, hasta que cayó abruptamente por un delito que cometió” según relata Martínez Paiva, Cabrera no se desvinculó del poder con ese episodio, sino que después, “fue jefe de seguridad de las canchas del Club de Esgrima de Concepción del Uruguay, del que Lauritto fue presidente, y llegó a ser una persona de mucha confianza de él, al punto que lo hemos visto manejando su auto”. En rigor, el secuestro de 1980 no forma parte de la causa que se sigue en el Tribunal Oral Federal, motivo por el que cabrera tampoco se encuentra imputado, pero Carlos tiene una explicación para esto: “Yo a cabrera lo denuncié por mi secuestro, y la causa duerme en los cajones del Juzgado Federal de Concepción del Uruguay, y no me extraña que así sea, porque Laurito también fue funcionario judicial de ese juzgado durante la dictadura”. Al ser consultado por DIARIOJUNIO respecto de cuando fue la última vez que pudo constatar la relación entre Cabrera y Lauritto, Martínez Paiva aclaró; “En Concepción del Uruguay todo el mundo lo sabe, yo personalmente la ultima vez que lo vi manejando el auto de Lauritto, era cuando todavía era vicegobernador pero no hace mucho”.
“LA CAUSA NO AVANZABA”
Según refirió Martínez Paiva, durante su declaración de ayer en el juicio, generó un poco de malestar cuando le pidió al TOF que se acelere la causa contra Cabrera, que está radicada en el Juzgado Federal de Concepción del Uruguay, y precisó que; “yo ayer planteé que uno de los motivos por los que le revoqué el poder a la Dra. Caccioppoli fue que hay una serie de medidas que se tenían que tomar para que la causa se moviera, por ejemplo se podría haber presentado un (recurso de) pronto despacho, si el caso era que la fiscalía estaba lenta, cosa que no creo, se hubiera podido recurrir al Procurador General, a la Comisión Interpoderes, hay una serie de herramientas para que esa causa se moviera y ya se hubiera por lo menos convocado a indagatoria a esta persona, pero no se hizo lamentablemente nada, yo se lo plantee una cantidad de veces a la doctora, que había que presentar un recurso y bueno, no se hacía, no se hacía, y esto siguió parado tantos años, por eso le revoqué el poder y nombre otro querellante para esta causa penal”
Asimismo, Carlos se define como un militante independiente, que apoya muchas de las políticas del gobierno nacional, sobretodo en derechos humanos, pero también en otras materias; por esta razón es sensiblemente más inexplicable lo que está ocurriendo: “Eso es lo que yo no puedo aceptar de ninguna manera –dijo- porque no es posible que haya funcionarios de ningún gobierno provincial que tengan este pasado siniestro, y sobretodo siendo hombre de confianza de funcionarios que tienen cargos estratégicos en el gobierno como lo es el Ministerio de Educación; que la educación es el espacio desde donde se tiene que construir la Verdad y la Memoria, para que no se repitan estas historias, pero con esta gente ahí adentro no veo cómo se pueda cumplir esta expectativa” concluyó.
