Además de estar acompañado por prácticamente toda su familia, su esposa la senadora y su hijo diputado, al Intendente lo acompañaron otros legisladores, tales como los senadores Héctor Strassera, quien ingresó a la sala poco antes de iniciarse la sesión y Hugo Berthet que llegó desde San Salvador un poco más tarde.
También, estaban presentes varios concejales, incluido el presidente del Concejo, el presidente del partido justicialista, Vicente Giampaolo y conocidos militantes del crestismo.
Ya en el banquillo de los acusados, Cresto dijo sí cuando el juez y presidente del tribunal Miguel Giorgio le preguntó si quería declarar.
Allí comenzó recordando su historia personal y la de su familia. Se manifestó como un empresario ejemplar, dijo que llegó a tener más de 100 obreros a cargo, que nunca tuvo un juicio laboral, que nunca le fue rechazado un cheque pese a las cuentas que tenía en varios bancos y recordó a su padre y abuelo remontando la historia hasta 1908, fecha en la que según él se instalaron en la ciudad.
Luego de recordar que su familia fue perseguida por todas las dictaduras que hubo en el país y de recordar que su padre fue condenado a 6 años de prisión en juicio injusto y en el que hacían declarar a los testigos con ojos vendados y amenazas, se sentía conforme de estar frente a un tribunal de la democracia y con todas las garantías, al mismo tiempo que pidió que ese tribunal fuera iluminado por Dios.
