El texto de la carta enviada al juez, comienza presentando a “los abajo firmantes, vecinos del barrio 23 de septiembre, nos dirigimos a usted y por vuestro intermedio a quien corresponda, con motivo de solicitar se tomen los recaudos necesarios para evitar mayores desmanes respecto a lo que sucede en nuestra zona cada vez que se le otorga la libertad a una persona de apellido Caraballo, alias Pelao”.
Continúa expresando que “cada vez que llega a nuestro barrio, luego de haber conseguido su libertad, supuestamente, creemos, luego de haber cumplido con alguna condena, provoca desmanes, amenazando a cuanta persona cruza en la vía pública, empuñando la mayoría de las veces un arma blanca y a veces también armas de fuego. El lugar no es el mismo cuando él está en libertad. La población de esta zona vive sumergida en un constante miedo, por la seguridad de sus seres queridos y la propia. Días pasados este sujeto provocó serios problemas amenazando a vecinos e incluso se presentó en el domicilio de una vecina, a la cual amenazó y amedrentó con un arma blanca. Luego desafió a otros vecinos, poniendo en peligro la integridad física de niños y mujeres y a otros transeúntes, a quienes suele cobrar peaje para pasar por su calle y aquel que no le dá dinero, recibe amenazas”.
La gota que colmó el vaso
“Hace pocos días, un grupo de vecinos, cansados de tolerar esta situación, reaccionaron con la idea de terminar con todo esto e irrumpieron frente a la casa de Caraballo, solicitándole que depusiera su actitud y diera fin a las acciones que estaba cometiendo, manifestándole los vecinos que estaban cansados de soportarlo. A esta manifestación, éste personaje respondió con una inmediata agresión, empuñando un cuchillo. Existió en el momento una reacción espontánea de la vecindad que trataba de razonar con él y de no ser por el llamado que hicieron algunos vecinos, solicitando la presencia policial, hoy estaríamos lamentando el hecho de haber realizado justicia por manos propias. Pero somos concientes de que también íbamos a arruinar la vida de algunos padres de familia que desean vivir en tranquilidad y paz”.
“Es por eso que apelamos a la investidura de Su Señoría para poner fin a este tipo de problemas, previniendo males mayores. Sabemos que en sus manos está la solución. El aumento de la intranquilidad recae en el hecho de que se aproximan las fiestas y esto acrecienta la posibilidad de que se produzca algún incidente lamentable, ya que uno puede tolerar cosas y ser racional hasta cierto punto. Deseamos quiera tomar usted inmediatamente cartas en el asunto y prevenir problemas mucho mayores”.
Finalmente, notifican al juez manifestando que “haremos pública nuestra preocupación y el contenido de la presente, a modo de dejar constancia de que la sociedad actuó en tiempo y forma solicitando la asistencia del sistema legal. Sólo el tiempo hará ver con optimismo o pesimismo el accionar de las instituciones creadas para regir la convivencia de la sociedad y del hombre como ser racional”.