La sesión del Senado de ayer escuchó los testimonios de la acusación y de la defensa, que elevaron el tono para pedirles a los senadores votar para cada una de sus posiciones, mientras que en las calles los movimientos sociales bloquearon accesos en San pablo con quema de neumáticos y la consigna ¨Fuera Temer¨. El abogado de Rousseff, José Eduardo Cardozo, hizo un pedido a los senadores, previendo una votación que se pronostica irreversible, que “tengan en cuenta el peso de la historia y la conciencia de quien condena a alguien inocente”.
Si Rousseff es destituida, será el fin de 13 años del gobierno de los Partido de los Trabajadores (PT), que había llegado al poder en 2003 con Luiz Inacio Lula da Silva, que impulsó reformas sociales innovadoras y motorizó el ascenso social, pero la fuerza de izquierda se transformó en eje de escándalos de corrupción, como el que involucra a la empresa estatal Petrobras. El presidente interino desde el 12 de mayo, Temer, del Partido del Movimiento de la Democracia Brasileña (PMDB), negoció hasta ultimo momento con senadores para que no haya sorpresas, y espera que haya 60 votos, 6 más de los 54 necesarios.
Por otro lado, el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva hizo los últimos intentos, durante un almuerzo de trabajo con Rousseff, con llamadas a senadores, para convencerlos de cambiar el voto, teniendo en cuenta que a comienzos de agosto el Senado recibió la denuncia con 59 votos contra 21, un resultado del cual se espera hoy algo parecido. Si Temer es confirmado, será la tercera vez que el PMDB ostente la jefatura del Estado, aunque nunca lo hizo por el voto directo (ver aparte).
Rousseff defendió el lunes su biografía, su pasado de presa política por luchar contra la dictadura y clamó su inocencia por los delitos de responsabilidad que se le atribuyen: tres decretos para redistribuir el presupuesto y las llamadas “pedaleadas fiscales” para usar dinero de los bancos públicos y subsidiar el plan agrícola 2015.
Mientras el PT y sus aliados denuncian un “golpe parlamentario”, la base de Temer, encabezada por el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) de Aécio Neves, derrotado por Dilma en 2014, ya cantaba victoria por anticipado en los corredores del Senado y remarcaba que el juicio político es un proceso constitucional. En la sesión de ayer, la emoción y la indignación cubrieron a los abogados de las partes.
La abogada de la acusación contra la mandataria suspendida de Brasil, Janaína Paschoal, apeló a un mandato divino para que los opositores a Rousseff se unieran frente al “fraude fiscal” y al “fraude electoral”.
“Fue obra de Dios que al mismo tiempo varias personas percibieran lo que estaba ocurriendo en el país y se organizaran para iniciar el proceso de juicio político”, dijo Paschoal, quien afirmó que Rousseff “mintió” y utilizó fraudes fiscales para llevar a cabo, en 2014, “fraude electoral” para ser reelegida en octubre de aquel año. “Este es el modo de gobernar del PT, falsear los datos; es un modelo que el país no quiere más, que salió a las calles para decir basta”, remató Paschoal. Le respondió, indignado, durante su alegato de defensa, el abogado Cardozo: “Pido a Dios que si Dilma es condenada, un nuevo ministro de Justicia, estando ella viva, le pida disculpas, y si muere, a su hija y sus nietos. Que la historia absuelva a DIlma si ustedes quieren condenarla. No acepten el golpe parlamentario para que Dilma no sufra la pena de muerte política”.