En el accidente murieron cuatro integrantes de una familia oriunda de Concepción del Uruguay: Mario Martín Herrera, de 40 años, recientemente designado a cargo del Juzgado Civil y Comercial de Colón; su esposa, Laura Virginia Guinsel, de 38; y dos de sus hijas, Antonia, de 8 años, y Malena, de 13. En tanto, Emilia, de 10, sobrevivió al accidente y continúa internada en un hospital de Paysandú.
El conductor del camión insistió en la versión que había dado luego del accidente: que fue la camioneta Nissan Frontier en la que viajaba la familia argentina la que invadió su carril. Sin embargo, en el pavimento quedaron huellas de derrape del vehículo que conducía el juez Herrera y que evidenciarían un intento por efectuar una maniobra defensiva hacia la derecha, buscando evitar el impacto.
El accidente ocurrió alrededor de las 5.50 del sábado, en cercanías de la ciudad de Young, departamento uruguayo de Río Negro, a poco más de cien kilómetros de Concepción del Uruguay, de donde era oriunda la familia argentina. A bordo de una camioneta Nissan Frontier habían cruzado a través del puente Colón-Paysandú y circulaban en dirección hacia la zona balnearia.
El camión había salido del puerto de Montevideo e iba cargado con electrodomésticos hasta Ciudad del Este, República del Paraguay.
El delito de “homicidio culpable” por el que fue procesado L.G.A.L. prevé penas entre seis meses y ocho años de prisión, aunque el Código Penal uruguayo establece que “la aplicación del máximo se considerará especialmente justificada –salvo circunstancias excepcionales– cuando de la culpa resulte la muerte de varias personas o la muerte de una y la lesión de varias”.
No obstante, la ley penal uruguaya ofrece a sus jueces la posibilidad de un ejercicio amplio de criterio, que les permite analizar las cuestiones objetivas agravantes o atenuantes que pueden concurrir en un accidente. Así, la condena podrá ser menor cuando, surjan atenuantes que acrediten que quien comete el hecho trató de evitar el resultado indeseado. El resultado negativo de la prueba de alcoholemia que se le practicó al chofer podría ser un factor atenuante de su responsabilidad, por ejemplo. Por el contrario, la condena podrá ser mayor cuando surjan elementos agravantes, en este caso, la muerte de cuatro personas y las lesiones graves de una quinta.
A raíz del tremendo impacto, Herrera y su esposa perdieron la vida en forma instantánea; mientras que las niñas fueron rescatadas con vida de entre los hierros retorcidos de la camioneta.
Los bomberos debieron trabajar durante cuarenta minutos para realizar el rescate. Luego dos de ellas, de 8 y 13 años, fueron colocadas sobre una tabla de salvataje de los bomberos y sobre una lona en la caja de la camioneta policial.
El traslado hasta el Hospital Escuela del Litoral de Paysandú se realizó en una camioneta policial porque los servicios móviles de emergencia se negaron a acudir al lugar del siniestro aduciendo que había ocurrido fuera de su radio de acción y porque, según dijeron, había una ambulancia de Salud Pública con chofer y una enfermera ya en el lugar. Sin embargo, fallecieron en el trayecto hasta el hospital.
En tanto, la ambulancia de Salud Pública que llegó más tarde hasta el lugar donde ocurrió el accidente, trasladó a la niña de 10 años hasta el mismo hospital, donde permanece internada en estado delicado.
Una hora más tarde, arribó desde Young otra ambulancia con una médica que constató el fallecimiento del matrimonio en el lugar.
Estas circunstancias también están siendo investigadas por la justicia uruguaya.