Destacan ; recuerdan y reivindican como “vanguardista” al arquitecto concordiense Alejo Martínez (h)

En virtud de tratarse de una nota extensa, ofrecemos aquí a los interesados el link a través del cual puede acceder a la misma y que fuera publicada por el portal digital de Arturo Battistella.
Marcelo Vázquez, comienza así su nota de referencia…

Imaginemos una escena en la época
Mediados de los años ´20 del ya pasado siglo XX, llegamos a la tranquila ciudad de Concordia, esa porción de tierra entrerriana denominada “oasis”, se desperezaba sobre la costa del Río Uruguay, con mucho verde selvático, palmeras, sonidos de aves originarias… en los alrededores algunos ranchos de adobe, chacras con vacunos, animales de corral, huertas, olivos, citrus y viñedos. Vemos ya en sus calles carros tirados por caballos, más lejos unos jinetes también, algunas damas de sombreros van vestidas con largas polleras, varios hombres con ropa de trabajo. Se ven estacionados automóviles Chevrolet del tipo “especial argentino”, por allí se desplaza otro flamante Ford “A”, “-es el doctor” nos dicen… Cerca de la plaza miramos, en general el paisaje es chato, varias casas llevan ornamentos italianos, otras coloniales, se destacan también el afrancesado e imponente palacio de la familia Arruabarrena y en las afueras ese renombrado “castillo” con aires medievales que perteneció a los De Machy. Pero ya próximos al centro… nos acercamos, miramos detenidamente la escena nos desubica, es una construcción muy rara, no parece una casa, es una edificación de alto, un juego de simples prismas bajo la luz. Sus impecables paredes brillan con los destellos y el color de la arena del río, observamos, son muros totalmente lisos, pareciera le faltan las acostumbradas decoraciones (pensamos: -¿no estará terminada aún?), y esa rara glorieta desnuda volando en los techos. La supuesta casa es muy distinta al resto de las vecinas. Nos dirán: “-Ahí vive el doctor Péndola, allí mismo atiende a sus pacientes… Eso es una casa sí, parecida a las que salen en las revistas que vienen de Europa. El doctor contrató el diseño de un artista, arquitecto o algo así, dicen que estuvo en París, parece que allá es lo que se usa, está de moda todo esto…”

A corta distancia una coupé Ford “T” descapotable gira a toda velocidad con rumbo al centro, nos distrae con su estridente ruido, el automóvil es conducido por un hombre de rostro recio, su acompañante es una joven y sonriente mujer que lleva un sombrero-casquete sostenido por una de sus manos… nuestros guías nos señalan: “-¡allí va es él, el autor de la casa, justo!…” Nos encontramos así con el arquitecto que buscamos.

1925: La primera casa moderna en Entre Ríos

SIGUE…. http://arqbattistella.com.ar/?p=791

Entradas relacionadas