El acuerdo contempla una retribución económica -cuya cifra alegó desconocer el edil- por los servicios prestados dado que “estuvieron muchos años custodiando el castillo”. “Es de estricta justicia”, añadió.
Hace 20 años que Lima trabaja y vive en el kiosco. “Cuando yo fui eso era ruina, no se podía entrar abajo, lo limpié, la gente me veía, tengo gente que me conoce, desde el año 92 que estoy ahí”, manifestó el comerciante a DIARIOJUNIO a principios de mayo. “Mi vida está ahí; yo vivo ahí”, explicaba.
Lima tendrá un lugar en la costanera, en la esquina de Roque Sáenz Peña y avenida de Los Pueblos Originarios. La reubicación no le “perjudica” los ingresos económicos a la familia. La municipalidad realizará un aporte económico para la construcción del lugar. “Lo que se busca es que la familia pueda seguir trabajando”, indicó.
La estructura que ocupaba Lima será demolida. El edil manifestó que era importante poder despejar la zona de ingreso al castillo. “Un símbolo que atrae muchísimos turistas a la ciudad. Permite que pueda refuncionalizarse en la parte de acceso para la gran cantidad de turistas que se esperan. Mantiene el carácter de ruinas haciendo un fortalecimiento de las mismas sin perder la gran belleza que significan”, mencionó.
El único kiosco que quedará en las cercanías de castillo es uno que se construye actualmente unos metros al sudoeste del mismo. Giampaolo aseguró que la concesión será licitada.