El nuevo hito en esa política de fortalecer la proyección del instrumento militar en espacios marítimos y aéreos donde están en juego recursos estratégicos se concretó ayer con el despliegue permanente de una sección (3 aviones) IA-63 Pampa III. “La reapertura de la X Brigada de Rio Gallegos está directamente vinculada con la visión de una Argentina que proyecta hacia el Sur, hacia el Atlántico, las islas y la Antártida que son componentes estratégicos para el desarrollo del país…”, afirmó Taiana.
El Ministerio de Defensa decidió reubicar las aeronaves IA-63 Pampa III para la defensa de la soberanía nacional y con las tareas de vigilancia y control del aeroespacio en la región sur del país.
La decisión es solo una señal, el avión trasladado de la base anterior, Tandil, a su nuevo destino permanente de la X Brigada Aérea Río Gallegos es de entrenamiento avanzado con modesta capacidad de lanzamiento de armas. Es cierto que portan un Pod cañón ventral de 30 mm DEFA 553 y ametralladoras Browning 7,62 en Pods CEA-1 “Colibrí”, se diría suficiente capacidad de fuego para misiones de control de vuelos ilegales, también lo es que esa artillería tendría mayor eficacia de asociarse a un radar, equipo que sigue esperando decisiones técnicas de FAdeA y divisas para su incorporación a la aeronave.
Quizá lo novedoso en la movida al sur de los Pampa está más del lado de dar operatividad real a estas máquinas que por diseño eran para formación avanzada de los pilotos de caza. La nueva locación en un teatro donde suelen detectarse violaciones al espacio aéreo fronterizo y penetraciones de pesqueros ilegales a la Zona Económica Exclusiva en procura de calamar le dan un relieve de combate.
Claro no podría enfrentar rivales como los basados en el archipiélago argentino de ocupación británica. El despliegue de los Pampa ocurrió en coincidencia con rumores de vuelos hacia Malvinas desde una pista de 2.200 metros perteneciente al magnate inglés Joe Lewis, ubicada a 30 kilómetros de Sierra Grande, Río Negro, muy cerca del límite con Chubut.
El brigadier general Xavier Isaac, jefe de la Fuerza Aérea, presente en el acto, dijo: “Esta es nuestra base de despliegue y nuestro punto de proyección hacia todas las operaciones antárticas y donde operamos el radar militar todos los días del año”. Y continuó: “Tenemos piezas de artillería antiaérea pero nos faltaban los medios aéreos, por eso trajimos los Pampa III bloque 2. Ahora podemos decir que no es solamente un avión de entrenamiento, es un avión de ataque, es un avión que nos da la posibilidad de controlar efectivamente nuestro espacio”, concluyó.
Así esta nueva etapa complementa el paso dado el año pasado con el refuerzo de radares y medios orientados al Atlántico sur y la Antártida.