Para sustentar sus afirmaciones, indicó que, en Holanda, cuando los bares empezaron a vender marihuana, el consumo de esta droga se duplicó. Un estudio realizado por Robert Mac Coun y Peter Reuter de la Universidad de Maryland afirma que el porcentaje de jóvenes holandeses de 18 años que probaron la marihuana se elevo del 15% al 34% entre 1984 y 1992, época durante la cual las cifras no aumentaban en otros países europeos.
“La legalización de las drogas no es una alternativa viable, porque permitir prácticas dañinas solo las alienta. La reducción del daño es una medida a medias, un enfoque no decidido que acepta la derrota. Incrementar la ayuda es mejor que disminuir el daño”, agregó.
Para Miser, si se busca combatir el narcotráfico: “personalmente creo que el efecto será el opuesto, pues dada la despenalización de la droga, el consumo se volverá mayor, lo que significa mayor compra. Y puesto que la venta de drogas seguirá siendo ilegal, el narcotráfico se fortalecerá”.
“Cuando se legaliza la tenencia de drogas, se legaliza automáticamente la venta. Si la ley me permite consumir drogas, la pregunta es donde voy a comprarla, lo que significa que los narcotraficantes se convertirán en comunes comerciantes lícitos mientras así suben los índices de drogadicción y de muertes en el país”, razonó. Luego comparó el consumo de drogas con el asesinato, la pedofilia, el trafico de bebes y la prostitución infantil. “A nadie se le ocurre proponer que estas actividades sean legalizadas”, dijo.
“Se suele decir por ejemplo que la legalización terminaría con las organizaciones de narcotraficantes porque ya no tendrían de que ocuparse una vez que las drogas entren en el mercado legal. Y se recuerda el caso de la derogación de la ley seca en los EEUU, utilizada para acabar con las mafias de entonces, dedicadas al comercio del alcohol clandestino”, sostuvo. Pero dijo que es discutible porque “el recurso de legalizar el delito para acabar con la delincuencia, de extenderse como criterio, podría llegar a extremos de absurdos. Para acabar con las organizaciones que se ocupan de la venta de bebes, habría que declarar legal esta actividad?”.
Luego sostuvo que “es falso que las mafias en EEUU desaparecieran con la abolición de la ley seca. Desaparecieron al estilo Al Capone, pero quienes se siguieron ocupando del mercado clandestino de armas, o ahora del negocio de las drogas prohibidas, con sus 15 millones de consumidores y un negocio de más de 60 mil millones de dólares al año?”.
En tercer lugar, indicó que “la trascendencia social de la legalización o no de drogas pasa por si aumentara o no el consumo como efecto de esa medida, y ese debe ser el punto principal del debate. En ese sentido, vale la pena considerar lo ocurrido con el consumo de alcohol luego de la legalización en los EEUU, ¿aumento o bajo?”.
“Con esta propuesta de legalización del consumo de drogas ilegales estamos en condiciones de otorgarles a nuestras futuras generaciones otra puerta abierta a un flagelo que no sabemos nosotros los mayores s podremos controlarla”, añadió Miser.