Estela Gigena, la misma periodista que ayer entrevistó a la abogada del único detenido por la causa del desfalco al municipio, Ángel Giménez, publica hoy en el diario El Día una conversación con los abogados defensores de Irigoyen.
Consultados sobre que se le imputó al Intendente dijeron que “el delito que en principio se le atribuyó o se le acusó a Irigoyen -que después se convirtió en una falta de mérito-, fue malversación culposa. No haber tomado las precauciones necesarias para evitar la sustracción de fondos”
– ¿Cuál fue la maniobra de Giménez para que la plata desapareciera?
L.L. – La maniobra de Giménez fue burlar, como custodio de los fondos públicos, la confianza de las personas que estaban arriba en base a maniobras que formulaba, haciendo rendiciones de cuentas diarias, o balancetes diarios firmados por él, como reconoció tanto al secretario de Hacienda como al intendente municipal. Él aprovechó en un momento de la municipalidad, parte de la cuenta 2312, que era la cuenta de Rentas Generales abierta en el banco Entre Ríos a otras cuentas, como las de subsidios que había en el Banco Nación para hacer distintas maniobras, de manera tal que en aquella cuentas que más se movían, aparecían siempre los mismos fondos. Con la cuenta que menos se movía, como la del Banco Nación, él disimulaba con operaciones, aparte le mentía a sus superiores en los informes que ellos le dictaban. El intendente en la escala jerárquica le pide informes al tesorero, el tesorero es el custodio dice la ley. El tesorero, como custodio, tiene que hacerse responsable de la existencia de los fondos públicos.
Cuando nosotros le preguntamos cómo explica que haya firmado los balancetes, siendo que él es el custodio, así, muy suelto de cuerpo dijo que ‘por una mera formalidad’, es verdaderamente insostenible. Él, como custodio de los fondos públicos no puede firmar cualquier balance. Hay balancetes que están firmados desde el 20 de marzo, abril, mayo.
Él firmó los balancetes sabiendo que no coincidían con los registros.
J.M.G. – No solo una mera formalidad, sino que él sabía -según lo que él dice para explicar lo que firmó-, que cuando firma los balancetes eran erróneos.
L.L.- Él intenta justificar esa maniobra. La lógica argumental de la defensa de Giménez es realmente insostenible, se cae por ser burda y no tiene pruebas. Él dice que el dinero que faltaba no era porque él lo había sustraído, sino que era toda una maniobra urdida desde el Tribunal de Cuentas, el intendente, Watters, el Consejo Deliberante, el Juez de Instrucción, habla del Banco Entre Ríos, que todos coinciden de manera unívoca. Una maniobra que se hace para intentar disimular un déficit de la municipalidad, y ese déficit es producto de erogaciones, salidas, libramientos. Uno puede discutir si le compra a Pomés el pan o no, o si la municipalidad le compra a Ernesto Ricardo Hornus un inmueble para hacer en calle Perigán un barrio, pero él no demostró donde estaban los fondos.
– Giménez realizó algunas acusaciones sobre el funcionamiento de un banco municipal, además de cuestionar el destino de los subsidios.
L.L.- Hablaba de 30 mil pesos, creo que no llega ninguno, o de fondos que se dan de subsidios a los corsos populares, o los que se dieron para el Diálogo Argentino. Según él ahí se fuga el dinero. Los fondos salieron, podría decir ‘gasté mucho en el Diálogo Argentino, gasté mucho en este terreno, gasté mucho en la retroexcavadora’. Se puede discutir la decisión política si es mala o si es buena…
– ¿A partir de que él no se reconoce culpable, no se puede ir más allá para investigar la versión acerca de que Giménez cambiaba cheques?
– Acá no se cambiaban cheques eso no lo sabemos.
– No hablo de la municipalidad, hablo de Giménez personalmente…
L.L. Todo el mundo dice eso, que era prestamista. Según nuestros datos, que no han sido corroborados en la causa, él prestaba dinero, lo dirigía a ese Varone, pero recién ahora se va a poder empezar con esto.
– ¿Está afirmando que Giménez lo que dijo fueron todas injurias?
– Falsedades, él tiene derecho a mentir… para tratar de defenderse de la imputación, porque nadie está obligado a declarar contra si mismo. Mintió cubriendo una maniobra que era absolutamente inverosímil y que no la puede sostener, es obvio que la plata falta. Eso no lo discute nadie. Las pruebas que tuvo el juez al procesarlo han quedado en pie. Acá había dudas de que si Giménez estaba solo en las maniobras delictivas o en las sustracciones. Ahora quedan disipadas todas las dudas, porque él no dice absolutamente nada de nadie ni donde está el dinero. Es todo una maniobra, la única forma de intentar zafar es acusar a otro.