Según publica hoy el diario El Cronista, el gobierno pagaría por cada kilo de papa importada la diferencia entre el precio de referencia local ($0,90) y los valores internacionales ($1,60). La eficacia de esta estrategia podrá comprobarse si se logra bajar los precios que hoy tiene ese tubérculo en el mercado (ayer costaba 3,50 en las verdulerías y 4,20 en las cadenas de supermercados). Pero mas allá del resultado objetivo, la gestión actual acaba de batir el extraño récord de tener un modelo productivista, con dólar caro para mantener competitivo el comercio exterior, y que mantiene simultáneamente, subsidios a las importaciones y retenciones a las exportaciones.