“Ello es así puesto que el reglamento del cuerpo deliberativo, en su art. 92º, claramente dispone que ‘las mociones de reconsideración necesitarán, para ser puestas en discusión, el apoyo de la tercera parte de los miembros presentes y para su aceptación el voto de las dos terceras partes de dichos miembros’”, explicó Gorostegui.
En consecuencia, dijo que resulta preocupante el desconocimiento de las normas que regulan el funcionamiento del órgano encargado de la sanción de las normas municipales. “Esta decisión, tomada por los ediles que votaron favorablemente, constituye otro ejemplo de la liviandad con la que pasan por encima a las instituciones, transformando al cuerpo más representativo del gobierno local en una mera escribanía que obedece los dictados de oscuros intereses”, expresó.
Al mismo tiempo, sostuvo que es contradictorio aprobar una excepción a la normativa urbanística en momentos en los cuales se está elaborando el nuevo Código de Planeamiento Urbano. La tarea fue encargada por la actual gestión municipal mediante concurso de antecedentes -financiado por el Consejo Federal de Inversiones- que tuvo como ganador al reconocido arquitecto platense Alberto Sbarra. Pero la aprobación de hoy “podría traer aparejado colisiones normativas no deseadas a futuro”.
“No se entiende ni se justifica tanta urgencia en beneficiar a una empresa que puede esperar un tiempo prudencial hasta que el código de planeamiento urbano entre en vigencia”, indicó Gorostegui.
“No se puede gobernar de espaldas a la gente, sin pagar un alto costo político. Tal vez, el año próximo empecemos a poner límites a tantos atropellos”, añadió por último.