Textual:
En vistas a los actuales sucesos que ocurren en marco del conflicto existente entre los policías rebeldes de concordia, y el gobierno provincial, con todo respeto y con ánimo de contribuir a la solución democrática de este conflicto, nos dirigimos al Sr. Gobernador de Entre Ríos, Sergio Daniel Urribarri, a los funcionarios de la Policía de Entre Ríos, a los funcionarios rebeldes de la Policía de Entre Ríos, al Obispado de Concordia, al Cics de Concordia, y la comunidad en general, y de concordia, y comunicamos,
1) Que durante los sucesos del 8 y 9 de diciembre pasado, los policías rebeldes han infringido una regla básica del orden democrático, que coloca a las fuerzas de seguridad bajo la autoridad del poder político dramáticamente constituido.
2) Que somos plenamente conscientes y compartimos la cuestión en torno al atraso salarial pre-existente al conflicto, y de la necesidad de profesionalizar el servicio policial, pero igualmente estamos plenamente conscientes de que esa situación no autorizaba, ni remotamente, a desobedecer a la autoridad dramáticamente constituida, al abandono palmario del servicio de seguridad, ni a haber alterado el orden democrático en nuestra provincia.
3) Que el Gobierno de la Provincia le corresponde crear y desarrollar nuevas vías institucionales de absorción de los reclamos del personal policial, que garanticen la permanencia inexcusable del servicio de seguridad, y logren la representatividad de todo el personal policial.
4) Que en Entre Ríos, al igual que en la gran mayoría de las provincias, se encuentra pendiente un proceso de democratización de las fuerzas de seguridad, con eje en una mayor eficiencia del servicio publico de seguridad.
5) Que todos los análisis, planteos, propuestas y soluciones que se realicen como consecuencia de este conflicto, deben hacerse en clave democrática, es decir, anteponiendo la defensa y desarrollo del sistema democrático, de cara al futuro del pueblo entrerriano.
6) Que es un deber de demócratas apoyar la declaración de nulidad del acuerdo arribado mediante extorsión el pasado 9 de diciembre.
7) Que esa nulidad es de tipo administrativa, y que en consecuencia están dadas las condiciones de hecho y derecho para poder sancionarla a través de la misma administración publica, sin necesidad de tramitar un proceso judicial.
8) Que las conductas de los policías rebeldes deben ser investigadas y juzgadas con total profundidad legal, en términos penales y administrativos.
Por último, Eduardo Asueta, consultado sobre la nulidad del acuerdo, afirmo que «Claramente no compartimos lo manifestado por el Obispado y por el Cics, creemos que hay una confusión al respecto. Una cosa son las nulidades civiles que requieren sanción del poder judicial, pero muy diferente son las nulidades administrativas que pueden ser sancionadas por la misma administración, en tanto estén dadas las condiciones para ello. Y en este caso las condiciones son muy claras, de hecho las hemos sufrido todos los concordienses. Una declaración de nulidad no implicaría una declaración de la propia torpeza, todo lo contrario, implicaría declarar el acuerdo como consecuencia de una extorsión, es decir, justamente la falta de torpeza, existen sobrados motivos de orden público para que así sea declarada»
Respecto a que le parece el comunicado del Obispado de Concordia y del Cics, Asueta sostuvo que «Leímos el comunicado como quien lee una mala noticia. La extorsión fue manifiesta, muertos, heridos, saqueado, saqueadores, destrozos, pánico generalizado, todavía no entendemos como estas instituciones tan importantes pudieron desconocer el contexto extorsivo en que fue firmado ese acuerdo. Este es un momento en que todos tenemos que profundizar nuestro compromiso democrático, uno puede tener la filiación política que quisiere, inclusive puede fundar un partido político para defender y reivindicar a doce policías rebeldes si lo desea, en democracia todo esto se puede hacer, pero lo que uno no puede hacer nunca, y en esto hay que ser irreductible, es salirse del orden democrático, en esto tenemos que estar todos de acuerdo, y todos junto, cada uno con su ideología y su identidad partidaria, pero sobre este punto no debería haber discusiones».