Según precisaron testigos a DIARIO JUNIO, el vagón que se descarriló venía en el medio de la formación y por las huellas encontradas en toda la zona, la formación recién se detuvo unos 500 metros después que las ruedas zafaran de los rieles.
Fue el guardabarrera de la intersección con Av. Presidente Perón el que advirtió al maquinista, el cual inmediatamente accionó los mecanismos de freno, lo que provocó que los vagones posteriores terminaran por desacomodar totalmente el vagón que había salido de curso y la carga de conteineres se diseminara a los costados.
Toda esa zona vecina a las vías está poblada de precarias viviendas de madera, pero por suerte no hubo que lamentar víctimas, ni entre la tripulación del tren ni en los habitantes de esa zona.