De las distintas piezas, dos al menos son claramente identificables con una tibia humana. Fueron halladas por Eduardo Valsangiacomo, un recolector aficionado que recorre la costa de la ciudad, en busca de piedras o restos de elementos que pueden haber pertenecido a aborígenes de la zona.
Pero en las últimas recorridas por la zona de Salto Chico, Valsangiacomo junto a su esposa y dos amigos que colaboran con su hobby, encontraron un hueso que por su tamaño les llamó la atención. \»Grande para ser de un perro y chico para ser de un caballo\», explicó. Por este motivo, y dada la zona en la que encontró el hueso recurrió al Delegado de Derechos Humanos consultándolo al respecto. Bonelli confirmó con el médico, Diego Popelka, que claramente se trataba de la tibia de una persona.
Así, entonces, Valsangiacomo buscó entre los elementos que ha ido recolectando en anteriores oportunidades, otras piezas óseas, que en su momento él pensó se tratarían de algún animal, y \»traigo todo, para que los especialistas determinen\», dijo. Junto a la tibia, en el mismo lugar encontró, otros restos óseos, posiblemente del mismo cuerpo.
\»Todas estas piezas junto a la documentación fotográfica\», del momento en que son encontradas y de la ubicación geográfica del lugar, \»entregamos al fiscal Guerrero para que abra una causa de investigación\», comentó Bonelli al salir de Tribunales en la noche de este martes.
El hallazgo adquiere especial relevancia al constatarse el lugar en el que fue encontrado. Fueron hallados en la costa del río Uruguay, en una zona que en los últimos 30 años fue siendo erosionada debido a la operación de la represa de Salto Grande y desbarrancándose. Sobre ese lugar, se encuentran los restos de lo que fuera una edificación en propiedad del Ejército que en los años \’70 funcionaba como centro clandestino de detención. Hoy esa edificación no existe, pero a su lado se encuentra el quincho del Donovan.
Ese predio fue identificado por los ex-presos políticos que testimoniaron en la Causa Harguindeguy, en noviembre del 2012, como el lugar en el que estuvieron detenidos y fueron torturados, cuando el Tribunal Oral Federal se constituyó en Concordia. La posibilidad de que además de la detención ilegal y tortura, en el lugar se hallan enterrado cuerpos de militantes populares, es un dato que ahora queda en manos de la Justicia investigar.
\»Decidí llevarle a Bonelli esta información para que sea la Justicia quien intervenga\», explicó Valsangiacomo. \»Desde la Delegación de Derechos Humanos nos contactamos con el antropólogo forense Miguel Nievas, que integra el Equipo Argentino de Antropología Forense, informándole de este hallazgo. Y él puso a disposición a su equipo para colaborar con la Justicia de Concordia\», informó Bonelli.
La denuncia fue radicada por el Profesor Rubén Bonelli, como Delegado de la Subsecretaría de Derechos Humanos de Entre Ríos, y en la causa declaró el recolector, Valsangiacomo. Bonelli fue acompañado por José Luis Uranga, quien estuvo detenido ilegalmente en ese predio por la dictadura cívico-militar.