El 31 de octubre de 1995 falleció Dora Elba Astarloa de Ildarraz. El deceso produjo un cisma al interior de la familia Ildarraz, dueña de extensas propiedades rurales. Una de las hijas de Dora Elba -segunda esposa de Roberto Ildarraz- Susana Estela inició el sucesorio para dividir el patrimonio, considerado como bien ganancial del matrimonio.
Estela asegura que su madre, a los 30 años se casó en 1946 en Bolivia con su padre, acto del cual existe un acta de matrimonio. Roberto Ildarraz estaba casado en lo papeles, pero divorciado de hecho de su primera esposa. Ingresó a Bolivia para poder casarse nuevamente porque en la Argentina no existía la ley del divorcio.
“Ella era hija única, muy religiosa, provenía de la Acción Católica, de las familias originales de Paraná. Ella siempre pensó que él era soltero, se entera al tiempo, cuando vuelve que era casado y con hijos”, dijo Millicowsky.
Estela Ildarraz actualmente no tiene donde vivir. “La casa (Urquiza Nº 582) es una herencia de mi madre. Entonces, él (Roberto) está viviendo y al decir que no está casado, para la Justicia se convierte en un intruso”. El esposo aseguró que tuvo que promover un juicio de desalojo porque no querían entregarle la casa. “Siendo propietaria, tengo que estar alquilando y yo vivo porque lo obligué a pagar alimentos”.
Según Millicowky, le están por promover una demanda de desalojo porque el alquiler es caro y no lo puede pagar. “No puede ser que, siendo propietaria, tenga que estar alquilando”. El titular del Juzgado Civil Nº 5, Salarí, el 24 de octubre pasado falló a favor y conminó a desalojar a Roberto Ildarraz -quien no pudo modificar la decisión del juez alegando que la casa, herencia de la madre de Estela, fue demolida y las mejoras corrieron exclusivamente a su cuenta- de la propiedad en 15 días. Pero el fallo fue apelado y la Cámara deberá resolver el pleito.
“Pero en este ínterin, con el atraso y la lentitud de la Justicia, viene la feria judicial, se trata de una sentencia que no va a salir hasta mediados del año que viene. Corremos el riesgo de ser desalojados intempestivamente y de afrontar los costos de un juicio de desalojo, por eso estamos haciendo negociaciones con el dueño de la casa que estamos alquilando”, indicó Millicowsky.
Estela promovió dos Jury de Enjuiciamiento. Uno a Salarí, debido a la tardanza en dictar el fallo en el juicio de desalojo. Y otro al juez Jorge Luis Gambino, titular del Juzgado Civil y Comercial Nº 1 de Concordia. Gambino intervino en el juicio sucesorio de la madre de Estela. Uno de los motivos es haber actuado como juez de primera instancia del juicio principal, y como camarista en un “incidente colateral” al juicio principal. “Esa es una falta muy grande por la cual también vamos a promover una denuncia en el Superior Tribunal”, dijo Millicowsky.
La lentitud de la Justicia
Pero la causa principal del Jury tramitado contra Gambino es que éste último denegó la adopción de medidas cautelares tendientes a proteger el patrimonio de la madre de Estela. Entre otros motivos, porque tardó un mes y medio en derivar el expediente al fiscal para que determine si era competente para actuar o debía dejar todo en manos de un juez de familia.
“En ese mes y medio no tomó ningún recaudo para proteger el patrimonio”. Según Millicowsky, no es necesario esclarecer la cuestión de fondo antes de dictar una medida cautelar. “Simplemente hay que tener una apariencia que lo que se intenta proteger es verdad”. También criticaron al fiscal por haber decretado la incompetencia de Gambino en un escrito de tres líneas “sin ningún fundamento”.
En cambio, valoraron la actitud del Juez de Familias, Rodolfo Jáuregui, quien rápidamente se declaró incompetente y devolvió el expediente al Juzgado de Gambino. La cuestión de la competencia finalmente fue resuelta por la Cámara Civil, quien le dio la razón a Jáuregui. “Cualquier juez se puede equivocar, pero lo que se critica es que pasaron tres meses sin que se decretara que garantizara lo que se estaba diciendo”, indicó Millicowsky.
Patrimonio vaciado
Debido al vaciamiento de la sociedad, Estela promovió denuncias penales en Concordia y en Bs. As. “Allá porque se tramitó el juicio sucesorio de la primer mujer. Allá un fiscal de Cámara dijo: ‘debemos investigar si el padre de ella actúo de acuerdo con los hijos de su primer matrimonio o si, por el contrario, alguien se aprovechó de su estado de salud, de su edad’”.
Millicowsky aseguró que a partir de ese momento se empiezan a investigar a las sociedades en las cuales tenían participación accionaria mayoritaria. En ese momento, salta en el sucesorio de la primer mujer que Ildarraz seguía figurando como casado, “y allí se reparten los bienes, desapareció todo el patrimonio”, aseguró el esposo.
“Ahora, en una pericia médica que le hicieron en Bs. As. para probar si tomó participación en la estafa o fue manejado, manipulado, dijo que estaba casado con mamá desde hace 50 años y separado a los 9 años de la primer mujer”, señaló Estela, como prueba de que el matrimonio es válido.
Además de la casa, quedan caballos de carreras. “Algunos se vendieron, pero ahora están embargados. Pero las camionetas y los automóviles fueron vendidos”. Tenían una estancia “Los Toros” que fue “vaciada”. “Se disolvió y quedó en proceso de liquidación”. Según Estela, había tierras en EEUU quen fueron vendidas. El patrimonio que tenían al momento de iniciarse el sucesorio asciende a más de U$S 6.000.000. “Sólo la Estancia Los Toros valía U$S 4.000.000”.
Según Millicowsky, ILDARRAZ S.A. ha sido “vaciada”, es un “sello de plástico”, según un informe de la veedora, que la utilizan para endeudarse. “Se hacen pases ‘mágicos’ de una sociedad a la otra, y cuando hay plata en esa sociedad se sacan y se la pasan a la otra. En una sociedad queda la deuda, en las otras hay ganancias”, dijo el esposo.
Se formó una nueva sociedad, ILDARRAZ HERMANOS, que “en realidad son los hermanos del primer matrimonio”, aclara Millicowsky. “Las hermanas del segundo matrimonio no existimos”, dijo Estela.