El lunes 10 al mediodía, un hombre de 73 años se sometió a una operación de riñón en el Sanatorio Concordia dado que tenía una infección provocada aparentemente por cálculos. Sin embargo, producto de la operación, terminó falleciendo el paciente. “No salió de la intervención quirúrgica”, dijo.
No obstante, los familiares indicaron en la denuncia que el médico nunca les informo que el paciente corría riesgo de vida. “Les dijo que lo peor que le podía pasar al paciente era que perdiera el riñón, pero no que perdiera la vida”, expresó. De hecho, los resultados de los estudios que se había hecho, previos al acto quirúrgico, les habían dado bien. “Estaba en condiciones de ser operado”, dijo.
Lo otro que les llamo la atención es que salieron a pedir dadores de sangre a último momento. La autopsia indicó que la muerte fue por un shock hipovolémico (perdida de sangre). “Hay que ver si esa pérdida de sangre es normal en una operación de esa naturaleza. Si fuera normal, tendrían que tener toda la sangre disponible para que esto no pase”, dijo Núñez. La otra posibilidad es que haya sido una derivación imprevisible por alguna cuestión que se encontraron en un momento de la operación y no se pudo a llegar a trasfundir sangre a tiempo. “Eso es lo que va a evaluar el médico en la pericia”, dijo.
La tarea para la Justicia es determinar si el fallecimiento se produjo por algún accionar negligente o si fue un infortunado desenlace, derivado del riesgo intrínseco de la operación. El fiscal dio cuenta de un detalle: se trataba de una persona de edad avanzada y no de alguien joven.
De todas formas, la denuncia fue derivada al perito forense. “Cuando hay sospechas de mala praxis, siempre se hace el análisis en otra jurisdicción, en otra ciudad, para evitar la parcialidad”, dijo. La historia clínica, la autopsia y los estudios complementarios serán enviados al departamento médico forense, en Paraná. “Ellos determinan, de acuerdo a la operación que se realizó y a todos los antecedentes, el medico que consideren más idóneo. Seguro no va a ser en Concordia: puede tocar en Paraná, en Nogoyá, en Gualeguaychú. Y seguro va a ser un médico cirujano”, dijo. El tiempo que insumirá la pericia sólo el médico que intervenga lo sabrá.
Para determinar una imputación penal debe haber negligencia o dolo (voluntad deliberada). “Entiendo que dolo no hay. Lo que puede haber es negligencia”, sostuvo. Núñez explicó que el médico que haga la pericia puede llegar a determinar si algo no se hizo o se hizo de forma deficiente. “Ahí si ya ves una negligencia del médico e imputás”, sostuvo. En cambio, si la pericia concluye que el procedimiento fue correcto, pero por una cuestión imprevisible, propia del riesgo de la intervención, terminó derivando en la muerte, la denuncia se archiva.
Por último, Núñez dijo que hay antecedentes de casos de médicos que terminaron imputados por mala praxis. De inmediato, se piensa en el caso de Daniel Ojeda, el medico que está detenido con prisión domiciliaria por el fallecimiento de una paciente uruguaya operada en un consultorio sin habilitación. Pero hay más casos que no trascendieron a la opinión pública. “Tengo otros médicos pero lo que pasa es que no toma estado público”, dijo. Al respecto, el fiscal consideró que los profesionales tienen un deber de responsabilidad importante dado que tienen en sus manos la vida, la salud o la libertad de una persona, etc. Y por ello es más exigente en esos casos. De todas formas, sostuvo que no se imputa “por las dudas” sino que ese acto debe ser precedido por un convencimiento de que hubo un acto de negligencia.
