La semana anterior se habían comenzado a repartir boletas de la DGR junto a un volante informando sobre la reforma de la Constitución y la consulta popular que está previsto convocar para octubre. Según fuentes de Rentas, eran entre 330 y 380 mil las boletas que se empezaron a repartir en la mayoría de las localidades de la provincia junto a los volantes publicitarios.
Por un acuerdo al que se llegó con los trabajadores del organismo, el Ministerio de Gobierno se comprometió a abonar 30 centavos por cada volante publicitario entregado a domicilio adosado a la boleta correspondiente, lo que implica un gasto extra de 114 mil pesos, sólo en concepto de distribución.
Ayer se conoció la decisión del director de Rentas, Aurelio Miraglio, de suspender la medida. Aunque el director de Impuestos de la DGR, Jorge Zuttión, confirmó que, se trata de “una decisión tomada”, no se informó oficialmente sobre la emisión de una circular que dejara sin efecto a la anterior y tampoco de las razones que determinaron la marcha atrás.
Asimismo, el delegado de los trabajadores César Ruiz Díaz, indicó que Miraglio reclamó ayer “que se le informe a todos los empleados que nadie reparta eso”, en referencia al volante anexo impulsando la reforma y la consulta popular como elemento para concretarla. La preocupación de Ruiz Díaz es ahora quién se hará cargo del pago de los folletos que ya fueron distribuidos. “El tema es que ya se repartió una parte, ¿quién le paga a la gente que ya distribuyó?”, interrogó el representante de los trabajadores.
Críticas
Extraoficialmente, dijeron que las razones del retroceso se deben que se atendieron las críticas que despertó la medida, en tanto supone el uso de la estructura de Rentas para la difusión de una propuesta político-electoral y no de un acto de gobierno.
También se puso en dudas la eficacia publicitaria de provocar la lectura de las razones para reformar la Constitución junto con la entrega de la boleta de impuestos. Nadie se pone de buen ánimo tras agacharse a juntar la boleta que le tiraron por debajo de la puerta. El receptor del mensaje publicitario es el contribuyente con su humor en el peor momento: cuando se entera de cuánto es lo que debe abonar al fisco. Ahí, justo en ese momento, el Gobierno le pide el voto por el Sí en la consulta popular que se pretende convocar en conjunto con las elecciones nacionales del 23 de octubre.
La idea terminó de ser mala cuando pasó a ser noticia el costo extra que suponía su reparto.